Los niños pueden tener claro su futuro desde muy pequeños. Que me miren a mí, escribiendo incansablemente siempre que tenía un hueco. Hoy quiero enseñaros el dormitorio de Simon, un niño de casi siete años, que vive rodeado de cosas bonitas: planetas, estrellas y muchos juguetes.
La madre de Simon le ha puesto en el cabecero de la cama las guirnaldas Kallt de Ikea, que cuestan tan solo 19,95€. Sobre la cama cuelgan varios planetas del techo, para que el pequeño se sienta flotando en mitad del espacio cuando se vaya a dormir. Por toda la habitación, se suceden los globos terráqueos (ojo, papás, que los globos terráqueos salen caros) y los mapas mundi, una elección que a mí me encanta: decorar con geografía.
En las paredes se combinan las fotos con cuadros muy originales, y en las estanterías podemos ver su colección de coches de juguete con los que seguro que pasará buenos ratos. Su colección de muñecos de la Guerra de las Galaxias deja espacio para el barco pirata de Playmobil, que es bonito incluso si no jugara con él (niños, no tengáis juguetes con los que no jugáis, seguro que hay algún primo pequeño que los puede aprovechar).
Los padres de Simon han prestado especial atención al orden y al almacenaje, con un gran armario y muchas estanterías donde colocar todo mientras no se está jugando. Echadle un ojo a la galería, que no tiene desperdicio.
Imágenes vía | Apartment Therapy
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