En mi búsqueda semanal de rincones con encanto, he encontrado esta imagen, que es la típica de una casa antigua en la Provenza francesa. Cada detalle de la habitación tan poco amueblada tiene, sin embargo, un encanto único.
Ese suelo de baldosas que han perdido parte de su color de tanto fregado y encerado, las paredes encaladas con un par de cuadros, sin valor artístico, pero que dice mucho de la personalidad de los habitantes de la casa.
El arcón de madera de nogal, al igual que el armario ropero, muestran las inevitables marcas del paso del tiempo, es lo que los restauradores y anticuarios llamamos la "pátina del tiempo", esa pátina que se nota en las diferentes partes de un mismo mueble, donde las capas de cera acumuladas con el pasar de los años, han oscurecido la madera.
Y como colofón a tan maravillosa estancia, una silla thonet. La silla de diseño más antigua de la historia, en mi caso uno de mis asientos preferidos, sencillos, familiares, cómodos. A partir de lo que vemos, nos podemos imaginar el resto de la habitación. Una cama de cabecero alto antigua con una colcha de crochet primorosamente tejida a mano o quizá una cama sin cabecero con mesilla de noche de pino lavado y encerado y un viejo palanganero en un esquina, cerca de una ventana desnuda, que enmarca un maravilloso paisaje... Deja volar tu imaginación.
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