Como os dije cuando empezamos esta serie de post sobre cómo la decoración podía mejorar nuestro descanso hice hincapié en que no íbamos a entrar en teorías de decoración tipo Feng Shui basadas, entre otras cosas en la distribución de los muebles.
Pues bien, no penséis que me he olvidado, aunque en el título del post (y ahora en el contenido) hayamos hecho referencia a la distribución de los muebles del dormitorio no nos referimos a ningún estilo decorativo concreto, sino a diferentes factores, dentro de nuestra decoración, dejando a un lado teorías y estilos que pueden ser perjudiciales para nuestro descanso.
Por ejemplo, muchos de nosotros tenemos en nuestro dormitorio instalada una pequeña zona de trabajo, es muy habitual igual que lo es en las habitaciones infantiles tener instalada una pequeña zona de estudio. Es necesario, sobre todo para los que vivimos en los pisos más pequeños pero la cosa es que, no es beneficioso para nuestro sueño, al menos, si lo hacemos mal.
Sobre todo en los más mayores, y estudiantes, el trabajo suele ser fuente de estrés y el estrés la causa, muchas veces, de no poder dormir, por eso, es conveniente que la zona de estudio o trabajo, a pesar de encontrarse dentro del dormitorio se encuentre separada visualmente de la zona de descanso, es decir que cuando nos acostemos en la cama no veamos nuestro escritorio, o la montaña de papeles del trabajo con cosas por hacer, de esa manera nuestro sueño será más despejado ya que podremos olvidarnos antes de nuestro estrés.
Otro factor que influye, aunque no se refiere estrictamente a la distribución de los muebles, es la cercanía de aparatos electrónicos tipo televisión u ordenador, estos pueden perjudicar nuestro sueño, también estresándonos, recordándonos cosas que queremos hacer o ver o simplemente, dándonos una alternativa al descanso. Así que si a la hora de meterte en la cama puedes tenerlos apartados visualmente mejor que mejor (eso si no eres de los que se duermen viendo la tele).
La colocación de las lámparas también es importante, un factor del que te hablamos cuando tocamos la iluminación pero que conviene repetir. Si nuestra pareja enciende su lámpara tiene que estar colocada de tal forma que no nos moleste, lo mismo que si lo hacemos nosotros.
Del mismo modo, atenuar la luz durante la noche puede ayudarnos a que nos sea más fácil volver a coger el sueño durante la noche. Me explico, tienes ganas de ir al baño, te levantas, enciendes la luz, y una vez deslumbrado es imposible volver a dormir. Esto tiene fácil solución, si no tienes una segunda luz más tenue como te decíamos en el apartado de iluminación, una buena opción es aislar las lámparas con una manta o prenda de ropa.
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