María Lancha
EditorLas noches de verano tienen un encanto especial: la brisa suave, el aroma del jazmín, el murmullo lejano de una ciudad que no duerme del todo. Sin embargo, para muchos, el calor y la luz persistente convierten esas noches en un desafío insuperable. El 'insomnio estival', tan común como frustrante, puede romper el descanso y alterar nuestros días, nuestro descanso y nuestra productividad diaria.
Pero hay una buena noticia: la decoración de tu dormitorio puede ser tu mejor aliada para volver a dormir profundamente. No se trata solo de estilo, sino de crear una atmósfera que invite a desconectar, respirar y, por fin, cerrar los ojos en paz.
Aquí te compartimos cinco ideas tan estéticas como funcionales, para que tu habitación sea más que un espacio bonito: sea tu refugio nocturno, un lugar de desconexión, de paz mental y donde el descanso y el sosiego se conviertan en lo más fundamental.
Colores que bajan la luz
Vía @mariagonzalez_interiorismo
El primer paso para dormir mejor es envolver el dormitorio en una paleta que relaje y refresque. Los tonos fríos como el azul cielo, el verde salvia o los neutros empolvados actúan como bálsamo visual frente a otros tonos amarillo chillón o fucsia que pueden romper la claridad visual.
Pinta una pared, cambia las fundas del edredón o suma un par de cojines nuevos: los colores suaves no solo decoran, también regulan la temperatura emocional del espacio. Sobre todo, evita los tonos muy saturados en verano. Un blanco roto combinado con textiles en lino natural logra un efecto calmante y sofisticado.
Vía @mariagonzalez_interiorismo
María González (@mariagonzalez_interiorismo), interiorista, recomienda aplicar la regla de 60-30-10, un consejo que nos ayuda a usar el color de manera correcta y no caer en malas combinaciones. Esta regla dice que las proporciones correctas de un ambiente son 60 (un color general) -30 (un color de continuidad) -10 (un color de acento). Los tres colores deben lograr una armonía y equilibrio en el espacio.
Textiles que respiran contigo
Vía RC Studio
Olvida las sábanas gruesas o los tejidos sintéticos. En verano, tu piel necesita ligereza, transpirabilidad y frescura. Opta por ropa de cama en algodón percal, lino lavado o muselina, materiales que absorben la humedad y dejan circular el aire.
Además, el lino aporta una textura natural que añade profundidad y carácter al dormitorio sin recargarlo. Así, una cama vestida con lino arrugado en tonos tierra, combinada con una manta ligera de algodón en los pies. Minimalismo sensorial.
Vía RC Studio
Desde RC Studio afirman que "Las telas no solamente se consideran elementos extra dentro de la decoración, sino que son un complemento fundamental, por lo que es muy importante saber elegirlas. Gracias a ellas, podemos crear espacios clásicos y elegantes que se ajusten a las necesidades y preferencias de cada persona".
Cortinas que bloquean y decoran
Vía RC Studio
Una de las causas del insomnio estival es la excesiva luz al atardecer (o al amanecer). Las cortinas opacas o los estores térmicos no solo aíslan del sol, también mejoran la temperatura del ambiente y favorecen la producción de melatonina, la hormona del sueño.
La clave está en escoger telas pesadas y tonos profundos, pero que armonicen con tu estilo. Unas cortinas en gris carbón o verde bosque pueden ser tan elegantes como útiles. Además, combina una cortina opaca con una gasa ligera delante. De día tamiza la luz, de noche bloquea por completo. Y el efecto visual es simplemente encantador.
Orden visual es igual a calma mental
Nada interrumpe más el descanso que el ruido visual: muebles sobrecargados, estanterías caóticas, cables expuestos, objetos sin propósito. Un dormitorio debe ser un espacio de retiro, no de estímulo.
Piensa en lo que ves al acostarte: ¿te relaja? ¿te inspira? Si no, simplifica. Cajas de almacenaje bajo la cama, mesitas despejadas, una lámpara suave, y un par de objetos con significado. Es importante reconocer que cuantas menos cosas, más intención.
Aromas y luz: el toque invisible del bienestar
Vía @laracareller_interiorismo
No todo en decoración es visible. A veces, lo que no se ve —pero se siente— marca la diferencia. Añadir un difusor con aceites esenciales como lavanda, bergamota o manzanilla puede transformar el ambiente en un spa personal.
Y en cuanto a la iluminación, di adiós a las luces frías. Opta por bombillas cálidas, regulables o con temporizador. La luz tenue antes de dormir ayuda a relajar el sistema nervioso y prepara al cuerpo para el descanso. Una lámpara de mesa con pantalla de lino y bombilla ámbar.
Vía @laracareller_interiorismo
La interiorista Lara Carceller (@laracareller_interiorismo) recomienda una iluminación indirecta en la zona del cabecero. "La lámpara suspendida sobre la mesita aporta una luz puntual, creando un ambiente relajante y acogedor, ideal para un espacio limpio y elegante", afirma.
Dormir bien también es diseño
En un mundo acelerado, dormir bien se ha vuelto un acto de autocuidado. Y tu dormitorio, más allá de las tendencias, puede convertirse en el escenario perfecto para reconectar con tu descanso.
Este verano, en lugar de luchar contra el calor, adapta tu espacio con belleza, intención y suavidad. Porque a veces, el secreto para dormir mejor no está en cambiar de colchón, sino en rediseñar la experiencia de habitar tu habitación.
Fotografías | Lara Carceller | RC Studios | María González
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