No nos engañemos: los altavoces suelen ser feos (con algunas excepciones) precisamente porque su función principal requiere unos volúmenes que en general no concuerdan con los cánones decorativos. Es cierto que hay dos escuelas de pensamiento, aquellos que optan por mostrarlos orgullosos y aquellos que los esconden como si les diera vergüenza que la gente supiera que escuchan música (o películas).
Hoy os traigo unos altavoces para aquellos que pertenezcáis al primer grupo, ya que son muy vistosos y su diseño está pensado para mostrarlos a todo el mundo. Son los Minipod de Scandyna, el buque insignia de una marca que tiene a gala haber vendido más de 100.000 unidades de estas piezas.
Los Minipod son unos altavoces de tamaño relativamente reducido, ideales para los ordenadores pero también para enchufarlos a equipos de sonido en habitaciones pequeñas o incluso a televisores. En cualquier caso, la clave que ha hecho que se popularicen estos altavoces está en el diseño cuidado, a modo de pequeñas bolas que se juntan (y que a mí me recuerda al videojuego de El día del Tentáculo) y que están disponibles en muchos colores diferentes: rojo, blanco, negro, amarillo, rosa, azul, verde...
Sus medidas son 21x34x20 cm y es posible combinar el Minipod con otros altavoces de la marca, por si queréis introducir un subwoofer o algún altavoz más grande. Además viene con patas por si queréis que no estén apoyados directamente sobre el suelo o sobre los muebles.
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