Ikea vuelve a sorprender con su última novedad: un escurreplatos funcional y compacto que es perfecto para las cocinas más pequeñas

La cocina es un espacio en constante evolución, donde cada detalle cuenta. Desde hace unos años, las marcas de mobiliario y accesorios han empezado a ofrecer soluciones funcionales que además cuidan el diseño.

Conocida por democratizar este enfoque, Ikea ha lanzado una novedad que responde justo a esta tendencia: el nuevo escurreplatos Rinnig, una pieza discreta, reversible y económica pensada para cocinas pequeñas o de uso diario moderado.

Doble cara

A menudo, los accesorios de fregadero se quedan fuera de las novedades de catálogo, pero en esta ocasión se trata de un rediseño funcional que simplifica una tarea cotidiana: secar la vajilla.

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Su diseño plano y de doble cara permite adaptarlo a encimeras de distinto tipo y ofrece dos opciones de uso: dejar que el agua escurra directamente hacia el fregadero o que se acumule para vaciarla después, algo útil en espacios donde no siempre se tiene un escurridor cerca del sumidero.

Este modelo está fabricado en polipropileno, un material plástico resistente, ligero y fácil de limpiar. Con unas dimensiones de 40×31 centímetros, ofrece una superficie antideslizante con estrías que ayudan a canalizar el agua y evitar el estancamiento.

Aunque su tamaño no permite acumular mucha vajilla, es perfecto para hogares de una o dos personas, o como complemento al lavavajillas para utensilios que requieren lavado a mano.

Su mayor ventaja es la sencillez: no hay piezas móviles, no necesita montaje, y es tan plano que puede guardarse incluso dentro de un armario cuando no se usa. Esto lo convierte en una opción práctica para cocinas reducidas o para quienes buscan soluciones sin complicaciones. Además, su color verde mate aporta un toque moderno pero discreto que encaja con distintos estilos de decoración.

No es para sartenes ni ollas grandes

En cuanto a su uso, es especialmente útil para platos, cubiertos y vasos, pero no tanto para cazuelas u objetos grandes, ya que no cuenta con soporte vertical. No incluye compartimentos ni zonas diferenciadas, por lo que puede resultar limitado si se lava mucha vajilla de una sola vez. Sin embargo, se puede complementar con un soporte para cubiertos o un escurridor vertical si se necesita más capacidad.

Una posible desventaja es que, al ser completamente liso, los objetos deben colocarse bien espaciados para que el aire circule y el secado sea eficaz. Si se apilan, el agua se acumula entre ellos y tarda más en evaporarse. Por tanto, es ideal para un uso puntual o como base para soluciones más completas.

El precio también es un punto fuerte: cuesta solo 2,99 €, lo que lo convierte en una de las opciones más asequibles del mercado. Y aunque su diseño es sencillo, se nota que ha sido pensado para integrarse bien en la rutina diaria sin estorbar ni desentonar.

Este es un buen ejemplo de cómo un accesorio cotidiano puede mejorar con pequeños ajustes. Es práctico, versátil y, sobre todo, realista: no aspira a ser la solución perfecta para todo el mundo, pero sí una ayuda eficaz para quienes buscan orden y simplicidad a un precio mínimo.

Foto | Cottonbro studio e Ikea

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