En el primer momento cuando he visto esta silla de corcho, he pensado... Que original! y que cómoda parece... , es sencilla en el diseño pero bonita y parece bastante confortable, pero claro, luego he empezado a analizar con más detalle pros y contras de tener en casa una silla de corcho, más aún teniendo en cuenta que está pensada como un mueble para jóvenes y niños, entonces he empezado a dudar de si realmente compensa.
Me explico, por un lado, como el corcho pesa poco y no es muy duro, para los niños la silla puede ser práctica porque es fácil de transportar y porque cuando corren y se acaban golpeando contra los muebles, si tropiezan con una silla de corcho no se harán mucho daño, en ese sentido me parece que podría ser útil, pero hay otros materiales sintéticos que cumplen los mismos requisitos.
Y claro, luego he recordado lo fácil de deshacer que es el corcho y me he empezado a imaginar a los pequeños rascando sobre la superficie de la silla y arrancando pequeños pedacitos de corcho, después ya he visualizado a la silla llena de agujeros y en un breve espacio de tiempo totalmente deshecha, en definitiva, me ha parecido uno de estos muebles de se mira pero no se toca y en ese sentido no me convence.
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