Yo confieso que las sillas tipo Eames en blanco con las patas de madera y las varillas entrecruzadas en negro me tienen ya un tanto aburrida. Son preciosas, no digo que no, pero por muy bonito que sea algo cuando lo pones en todas partes llega un momento en el que cansa. Así que me ha gustado ver esta versión de Krink para Modernica, renovando en color plata el icono del diseño de California.
Es una versión diferente, con más brillo y que rompe con el color blanco que lo ha invadido todo de un tiempo a esta parte. Además tiene la ventaja funcional de que este color es como solemos decir, más sufrido. Por todos es sabido que el blanco cuando tiene mucho uso, y las sillas lo suelen tener, se acaba oscureciendo y acaba perdiendo su claridad natural, eso con un gris plata no sucede.
A mi me gusta, porque mantiene el mismo concepto de diseño que la silla de la que todos nos hemos enamorado perdidamente pero cambia algunos detalles como el color del asiento y también el de las patas que en este caso están tintadas en un tono de madera más oscura. Aunque la silla siga siendo la misma el cambio de personalidad es considerable y le da un toque más personal a su diseño.
Vía | Notcot
Más información | Modernica
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