Tanto en moda como en decoración muchas veces nos dejamos llevar por las tendencias sin pararnos a analizar a fondo si nos convienen o no. Ejemplos sobran, ropa que no nos queda bien, pero que la compramos y nos la ponemos porque es lo que se lleva y nos acostumbramos a vernos con ella hasta que nos llega a parecer que ni tan mal nos sienta.
En decoración sucede algo similar, por tendencia elegimos para nuestro hogar elementos decorativos que transmiten un mensaje equivocado y diferente al que se corresponde con nuestro estilo de vida. Por ejemplo, se ha puesto de moda decorar dormitorios infantiles con cabezas de animales de peluche, es cierto que ningún animal real sufre para que lo hagamos, pero si queremos transmitir a nuestros hijos el respeto por los animales y el no a la caza, claramente esta no es la mejor manera. Colgar cabezas de animales en las paredes no es divertido, ni es cuqui, aunque sean de peluche.
En parte el problema está en que los que decoramos los espacios infantiles somos los adultos. Adultos que hemos crecido viendo animales disecados y sus cabezas decorando casas y locales comerciales con total normalidad. Ahora sabemos que eso no está bien, que un ciervo, un elefante o un rinoceronte no deben morir para que nadie adorne su salón, pero no vemos mayor importancia en hacer algo parecido si es de mentirijilla.
Para nosotros ya hacemos mucho al no utilizar animales reales en la decoración, porque anteriormente lo hemos hecho o hemos visto hacerlo de la peor de las maneras con animales que murieron para convertirse en adorno. Pero tenemos que pensar más allá, las niñas y los niños de hoy en día mayoritariamente ya no tienen que ver y vivir con eso, así que ¿para qué colgar cabezas de animales falsas en sus cuartos y transmitirles que eso puede ser una buena idea? No hay necesidad.
Lo más curioso es que no es una firma o una tienda ni dos... Hay un montón de opciones para comprar cabezas de animales de peluche con las que decorar espacios infantiles, algunas de las cuales encima les llaman trofeos... Y viendo las imágenes y los comentarios sobre ellas, si no nos paramos a reflexionar, lo vemos como algo trendy y allá podemos ir de cabeza (nunca mejor dicho) a comprar.
Que a los mayores nos gusta que la decoración infantil reinterprete y reinvente cosas de nuestro pasado o de nuestra vida de adultos, adaptándolas a los gustos de los más pequeños porque nos divierte, en cierto modo, vernos reflejados en ellos es una realidad. Pero que tenemos que pensar muy mucho que lo que ya no queremos para nuestra vida no tiene sentido que lo mantengamos o lo adaptemos a la suya, aunque aparentemente sea de un modo inofensivo, también.
La conclusión es que antes de decorar y muy especialmente cuando de habitaciones infantiles se trata, tenemos que analizar el mensaje y el significado de lo que elegimos. Hay que ver cuáles son los valores que estamos transmitiendo a las niñas y los niños con los elementos que conforman el ambiente que les rodea y en este caso está claro, casi todos queremos transmitir el amor y el interés en el cuidado y respeto por el mundo animal.
Así que, peluches de animales sí, claro, para adornar y para jugar y para que los niños aprendan sobre la diversidad de nuestra fauna, su belleza y la importancia del cuidado y la conservación de las especies. Pero animales enteros, como deben estar y a ningún niño se le va a ocurrir decapitar al elefante para colgar su cabeza en la pared como trofeo si no somos nosotros, los mayores, los que le damos esa idea.
Fotos | MIV Interiores y Smallable
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