Si pensáis un poco seguro que se os ocurre algún mueble o algún complemento decorativo clásico que os encanta pero que, por su diseño, en vuestra casa no pega ni con cola. A mi me pasa con el mueble bar de la casa de mis padres, me fascina, pero me fascina allí, si me lo llevase para mi casa encajarlo con el resto de la decoración sería un despropósito.
Sucede con otras cosas decorativas que estamos perdiendo, en cierto modo, por cuestiones de diseño. Antes en las casas había más jarrones, incluso floreros pequeños para una sola flor, los violeteros, más marcos de fotos de diversos materiales, más relojes... Son elementos decorativos que no es fácil encontrar con un diseño que enamore y que al mismo tiempo encaje en ambientes modernos, pero Amanda Lilholt lo está consiguiendo con algunos de ellos.
En la imagen sobre estas líneas tenéis algunos de sus diseños de violeteros. Recuerdo uno de vidrio que mi madre tenía en la cómoda de su habitación, en realidad sigue estando allí, aunque ahora suele estar vacío y sin flor. En mi casa no encaja porque es de estilo muy clásico y demasiado pequeño para crear contraste, pero sí encajaría uno como los de Amanda Lilholt.
Sobre estas líneas tenéis el diseño del mueble bar y de alguna otra mesa auxiliar a juego. Un concepto que rompe con el diseño clásico pero que mantiene el mismo encanto y la misma funcionalidad y añade un punto de interés por el estilo totalmente renovado.
Es un gusto ver que lo antiguo no se pierde, sino que se reinventa para adaptarlo a las nuevas tendencias. ¿No os parece?
Más información | Amanda Lilholt
En Decoesfera | 11 razones decorativas por las que desearíamos volver a los 80