Siempre me han gustado, para el salón y para el comedor, los muebles que combinan partes cerradas y ocultas con otras que dejan ver su contenido a la vista, el típico mueble de salón enorme para toda la pared, hoy en día se utiliza poco porque normalmente ya no tenemos tantos libros en papel, en ese sentido se ha vuelto innecesario y porque las modas han ido cambiando, la tendencia suele ser hacia muebles algo más pequeños, combinaciones de varios.
Pero sigue siendo una realidad que hay cosas que nos gusta tener a la vista y otras que nos gusta tapar y días que tenemos todo más ordenado y otros en los que no e incluso puede cambiar lo que queramos o no mostrar, dependiendo de las visitas que recibamos, así pues me ha parecido muy cómoda esta especie de consola de pared para el salón o el comedor, que dispone de dos puertas que cubren parte de su espacio interior, pero que son deslizantes y se pueden cambiar de posición.
En la imagen sobre estas líneas vemos el detalle de la facilidad con la que las puertas deslizan, así pues podemos colocarlas ambas hacia el mismo lado, ocultando más de la mitad del interior del mueble y dejando a la vista tan sólo una esquina, o podemos colocarlas una a cada lado y dejar a la vista entonces la parte central, lo mejor es poder cambiar la posición y tener unos días de una manera y otros de otra.
Además del interés decorativo del asunto, a nivel funcional me parece también muy práctico, me refiero por ejemplo para sacar la vajilla, las puertas de las vitrinas muchas veces son un engorro, tanto para abrirlas como por el miedo a tropezar con ellas cuando sacamos fuentes o bandejas, este tipo de puerta es más sencillo y cómodo, sólo hay que apartarla y ya tenemos disponible todo el espacio para mover, poner y quitar a nuestro antojo.
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