O soy yo que tengo hoy el día optimista, o realmente ver esta foto de esas sillas, cada una de un color más luminoso, me genera alegría, si no fuera porque mi cocina es como de juguete en lo que a tamaño se refiere y la única opción posible ha sido una mesa libro con tres taburetes, os aseguro que me la compraba y no descarto si algún día llego a tener una cocina más grande, que espero que sí... Comprar algo así o parecido, ya lo estoy visualizando, en una casa, la cocina en la planta baja haciendo esquina con amplios ventanales a ambos lados, tan luminosa.
Una mesa y unas sillas como estas se pueden colocar tanto en la zona central de la cocina como en una esquina de la misma pero es fundamental disponer de espacio, al tratarse de una mesa redonda no es adecuada para colocarse junto a la pared, por lo que deberemos contar con los metros necesarios para colocar la mesa con las sillas a su alrededor de forma holgada, además la gracia del conjunto está en que se vea bien y que disponga de un lugar preferente en la estancia para hacer honor al protagonismo que merece.
Aunque normalmente no es el color blanco el que más recomiendo para la cocina, en este caso sí me parece una buena opción, si no para toda, tal vez para alguna parte, por ejemplo imagino una cocina con las paredes de color, el naranja es uno de mis preferidos, y los muebles en blanco, se puede combinar con acero o con una encimera oscura gris oscuro o incluso negra, la mesa y las sillas contrastarían de un modo ideal y se incrementaría la sensación de amplitud y claridad.
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