La cocina es el lugar de charlas, de confidencias telefónicas y un espacio muy íntimo y personal para la persona que se encarga de cocinar la comida en casa. Por eso, es muy importante que la cocina esté hecha al gusto y tenga todas las comodidades precisas para que quienes pasamos la mitad del día en ella, nos resulte cómoda, agradable y confortable.
Y es que yo, por ejemplo, tengo la mesita de cocina junto a la tele y mi cajón de revistas favorito. Por eso, soy de las que sustituyo completamente el salón por la cocina y me gusta que tenga mucha luz y sea práctica y optimizada para su utilidad diaria.
Cansada de mi vieja cocina de los 90 con muebles oscuros y una encimera de granito en tonos marrones, me he puesto en marcha con la reforma de la cocina. Un proceso rápido, sencillo (y económico) para transformar mi cocina en un abrir y cerrar de ojos. ¡Siguiendo estos tips de la cuenta @chalkpaintdetiza!
Cómo reformar la cocina sin obras
Para mí, la encimera es la parte más útil de toda la cocina. Por eso, siempre he querido una encimera amplia y optimizada en espacio para llevar a cabo mis labores culinarias sin tener en presente una sensación constante de agobio y desorden. Pero además, esta encimera de granito en tonos oscuros no ayudaban en esa sensación de orden y colocación. Por eso, he pintado toda la superficie en color blanco y yo misma he simulado un efecto madera.
Lo primero que hacemos es dar una capa del color base, y sin secar pasamos el tacoveteador para simular la veta de la madera. Una vez seco, le damos otra capa de patina castaño para que vetas queden bien marcadas. Por último y para que quede bien de resistente como la original, damos como mínimo tres capas de barniz de encimeras.
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Seguimos con los azulejos. Ya ennegrecidos y con grasa impregnada que, ni con soluciones milagro conseguimos quitar, pintamos los azulejos dándole una manita de pintura mezclada con el catalizador de tiza. Primero hacemos las juntas con el pincel redondo, y pasamos el rodillo para perfeccionar el resultado y dejarlos como nuevos. Pintamos todos los mubles en un color banco tiza que simule luminosidad sobre la cocina y así es como pasamos de un espacio cálido y sin luz a otro mucho más luminoso y cargado de energía. ¡Por menos de 400 euros!
Imágenes | Vía @chalkpaintdetiza
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