Hay cocinas que nacen con estrella y otras que necesitan encontrarla. Y esta reforma nos demuestra que con las decisiones acertadas, una dosis generosa de color y mucha creatividad, cualquier espacio puede convertirse en el corazón vibrante del hogar que siempre soñamos tener.
Como tantas cocinas de construcción estándar, esta partía de una base completamente neutra que no despertaba ninguna emoción. Más bien, al contrario, daban ganas de salir corriendo al verla por su aspecto viejuno y por estar carente de personalidad, al margen de no ser funcional ni tener una distribución adecuada.
Una transformación radical en tres meses
Anika Gandhi, conocida en Instagram como @anikasdiylife, quiso cambiar la cocina desde el momento que la vio por primera vez. Por los colores de los armarios, pero también por la mala distribución que tenía, ya que apenas había encimera, y tenía fallos como que el frigorífico estaba en un rincón que impedía que la puerta se abriera del todo.
Para la primera fase del proyecto (que consistía en tapar una de las dos ventanas para aprovechar al máximo la pared, y eliminar algunos plafones), contrataron a contratistas. Pero el resto de proyecto de reforma lo hicieron los propietarios con sus propias manos, eliminando el viejo suelo de vinilo o algunos armarios superiores para instalar estantes abiertos.
Instalaron suelo en color madera, encimeras de cuarzo con vetas, una isla de cocina con una superficie estriada que pintó en un elegante color verde, con el que también pintó los armarios para dar uniformidad estética y conseguir una atmósfera de lo más elegante. Durante la reforma se conservaron parte de los armarios antiguos, y se instalaron otros nuevos, así que la pintura ayudó a homogeneizar la estética del conjunto.
Para el salpicadero, la pareja eligió un modelo de azulejos dorados y mármol en forma de espiga que dan un aspecto muy sofisticado. Y para rematar los armarios, instalaron herrajes en color bronce achampanado. En total, la pareja se gastó unos 10.000 dólares, lo que al cambio serían unos 8.500 euros.
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