Montar el Belén es una de las grandes tradiciones de la Navidad que no faltaba nunca en las casas de nuestros padres y/ o abuelos. En nuestro país es una tradición con mucho arraigo, y cuando yo era pequeña recuerdo hacer un emocionante recorrido visitando los belenes más espectaculares de los vecinos.
Nunca faltaban sus ríos de papel de aluminio, los belenes de "varios pisos", el verde del musgo, las paredes rocosas, el castillo de Herodes...
Seguro que habrá muchos que sigan fielmente el ritual y trabajen mucho sus belenes, pero tengo la impresión de que es una tradición que se está perdiendo un poco en casa. La razón puede estar en la falta de tiempo o de espacio en nuestras casas.
Puede ser también que el estilo de los belenes más clásicos no vaya con la decoración de las viviendas de actuales, más minimalista o nórdicas. Como si el Belén necesitaran de una pesada librería de caoba donde colocarse.
BELENES CLÁSICOS
Si eres de los que mantienes la tradición más clásica y quieres ampliar o renovar las piezas de tu Belén puedes seguir haciéndolo. Todos los atrezzos (musgos, serrín, pastorcillos, ovejas, casetas los tienes), disponibles entre otros en El Corte Inglés o Leroy Merlin.
BELENES MINIMALISTAS
Una opción fantástica si no quieres renunciar a su símbolismo, pero no tienes ni tiempo ni espacio para montar el gran belén.
BELENES INFANTILES
Perfectos si hay niños en casa o si quieres algo más naif y divertido para tu casa. Desde luego no temerás que los niños rompan las figuritas cada vez que se acerquen a ellos.
Y tú, ¿Eres de montar grandes belenes? o ¿prefieres la opción más simplificada?
Imagen de portada Belén Monumental de Alcalá de Henares