El mar de Andamán en pleno océano Índico está situado al sureste del golfo de Bengala, al sur de Birmania, oeste de Tailandia y este de las Islas Andamán, de las que recibe su nombre y en este reducto de naturaleza virgen está una de mis islas paradisíacas favoritas: Phuket. De hecho ocupa el número uno en los destinos si me toca la primitiva.
La villa que vamos a ver está integrada dentro de un complejo hotelero: el Andara Resort and Villas, aunque si pensabais que es el clásico hotel de lujo con villas alrededor del campo de golf os equivocáis de medio a medio. Estamos en la isla de lujo de Phuket, donde lo que menos importa es el terreno. La villa cuenta con una parcela privada de selva que asegura la intimidad de los propietarios.
Completa privacidad, vistas panorámicas al mar y una arquitectura inspiradora del estudio de arquitectura más prestigioso de Tailandia aseguran la comodidad de los habitantes sin abandonar la decoración tradicional que triunfa en todo el mundo pero que en este ambiente tiene su auténtico significado.
La villa cuenta con cinco dormitorios en suite todos con vistas al mar (los cuartos de baño también). Los materiales tradicionales de la zona a base de maderas tropicales como el sesame y la teca recubren suelos y algunos muros, aunque los enormes ventanales que rodean la casa aseguran vistas de ensueño.
La cocina abierta tiene una enorme isla en el centro, que sirve de mesa alta para más de diez comensales y continúa con la madera barnizada en el suelo y los armarios, como el resto de la casa. A continuación el comedor y el salón forman un enorme espacio abierto a prueba de claustrofóbicos. Las terrazas y porches rodean la casa y junto a la piscina, un templete alberga un comedor sobre el mar de Andamán.
La decoración a base de frescas alfombras de fibras naturales, esculturas de estilo tailandés y grandes jarrones de cerámica y esculturas antiguas contrastan con las modernísimas lámparas de diseño de firmas internacionales. Los sofás en tonos neutros se alegran con los almohadones de colores y las mesas de centro de color rojo con las patas curvadas que tan populares se han hecho en España desde hace una década.
La villa está rodeada de un cuidado jardín con solarium, piscina infinita y templete con comedor y una agradable zona de chill out para tumbonas a la sombra, pero cuando termina el jardín una zona selvática asegura la privacidad y la distancia con el vecino más cercano.
El complejo cuenta con seguridad privada y dentro del contrato de compra de estas villas, están incluidos servicios del hotel como conserjería, piscina balneario, gimnasio, pistas de tenis, spa, restaurantes asiáticos, exclusivos clubes de playa, yates a motor privado.
Un lugar paradisíaco en Tailandia, que evidente no es apto para todos los bolsillos, pero el euromillón me está rondando y no está mal saber que estas villas están a la venta en la isla de Phuket, frente al Mar de Andamán.
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