Blanco por dentro y negro por fuera...aunque parezca una adivinanza infantil, en realidad es una casa de invitados diseñada por el estudio de arquitectura de Enrico Iascone.
El área del proyecto, en una zona montañosa, se encuentra en un jardín, un pequeño bosque que se caracteriza por una zona de matorrales mediterráneos, con gruesos robles, fresnos y arces.
Todas las estructuras son de madera, incluido el revestimiento exterior, con la excepción de los cimientos para los que se utilizó hormigón armado. La elección de la madera a base de paneles de abedul articulados, obedece a la necesidad de integrar la construcción en el paisaje boscoso donde se encuentra ubicado.
Anteriormente, la casa de invitados fue un almacén. Los cimientos, a pesar de tienen la misma forma del edificio existente, fueron reconstruidos, ya que la zona tiene afloramientos de tierra caliza y convenía rehacer totalmente toda la estructura.
Con este proyecto, el objetivo de la sostenibilidad se ha logrado mediante el uso de materiales ecológicos como la madera. Se han optimizado la orientación, iluminación y ventilación natural. Se ha buscado un sistema de ahorro de energía, ya que es un edificio más pequeño y se utiliza de vez en cuando, confiando principalmente en las propiedades de aislantes y térmicas de los paneles de alto rendimiento de la estructura.
Las estrechas ventanas que más bien son puntos de luz se encuentran en la fachada frontal, pequeñas ventanas rectagulares que que respetan la dimensión de los paneles, mientras que en las caras laterales existen grandes ventanales.
El salón está orientado al sur, donde hay una gran ventana hacia la casa solariega, el marco del ventanal está realizado con madera de alta calidad con doble cámara y todas las ventanas de la vivienda cuentan con triple acristalamiento.
En el interior del edificio es muy simple, en la planta baja hay un salón comedor con cocina americana y una habitación con un baño para el servicio doméstico. Los dormitorios están en la planta de arriba con sus respectivos cuartos de baño.
En cuanto a la decoración, se ha conseguido luminosidad pintando los interiores de impoluto blanco y esa luminosidad se refuerza con textiles claros. Apenas unos toques de color como la alfombra y la butaca trenzada en tonos azules o la mesa del comedor negra con sus sillas de metacrilato, en color morado pero transparente buscando deliveradamente no recargar el interior.
En este contexto, el objetivo de la utilización de materiales ecológicos, tecnologías sostenibles, y sí que se enfrenta la elección de la madera, tanto como elemento estructural, como la piel, con el fin de crear un vínculo con el contexto en el que se ve reforzada por la elección de los colores que mezclan el color de los árboles para el color del volumen en su tono.
¿Os gusta la casita de invitados de Enrico Iascone?
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