Una acogedora casa familiar construida sobre las ruinas de una escuela de 1908

Cuando una construcción antigua termina en ruinas es muy común que sea destruida y que en su lugar veamos surgir una propuesta nueva de estilo más contemporáneo y moderno. Esto no es necesariamente malo pero nos puede llevar a perder algunas piezas de arquitectura clásica que difícilmente recuperaremos. En muchos casos, por suerte, han surgido proyectos que rescatan casas y edificios clásicos o parte de ellos para darles una nueva vida.

Tal fue el caso de esta casa ubicada en la cuidad de Ghent en Bélgica que ha permitido conservar la fachada clásica de la construcción original que se encontraba en el terreno. Una vieja escuela de 1908 casi completamente demolida y cuya fachada se había conservado en malas condiciones ha sido el escenario de este proyecto realmente interesante con un hermoso y atractivo resultado. El despacho belga Atelier Vens Vanbelle ha sido el encargado de fusionar dos periodos de historia para crear algo nuevo.

La casa ha sido un reto para los arquitectos ya que no podía cambiar la fachada compuesta por grandes ventanales. Para resolver este problema de intimidad de la casa y que esta no se convierta en un aparador para sus habitantes, se planteo hacer una entrada amplia que abarca toda la fachada en la que se encuentran parte de la cocina, una oficina y la entrada como tal Así, la parte del salón, comedor y espacios de vida se encuentran en un segundo bloque ya más alejado de la calle. La misma dinámica funciona con la parte posterior de la casa que da a un jardín.

La fusión de estilo ha permitido crear una atmósfera inigualable en la que se ha jugado con los desniveles del piso para incrementar la dinámica propia de cada espacio. El resultado está muy bien logrado con un salón muy acogedor que rompe con las partes más expuestas cercanas a las ventanas.

En el piso superior los dormitorios y baños está muy bien resguardados del exterior. A pesar de ser una construcción moderna, pues solamente la fachada es antigua, los arquitectos han aportado ciertos toques clásicos al conjunto. Paredes de ladrillo aparente, puertas y ventanas de madera son algunos de estos detalles que quieren aportar una barnizada de historia.

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