Bueno, yo lo tengo muy claro y la respuesta es que sí. Un sí enorme y rotundo. Bueno, también un "sí" con matices, ya que ahora que tengo familia sería imposible vivir (por lo menos con cierta comodidad) en un espacio tan pequeño. Sin embargo, si me lo preguntasen en otro momento de mi vida, sin hijos, estoy segura de que podría adaptarme de maravilla.
Es cierto que este estudio tan solo cuenta con 31 metros cuadrados, sin embargo, no echamos de menos nada. Cocina bonita, espacio de estar acogedor, chimenea, un balcón donde poder admirar las vistas desde lo alto, y techos altísimos con vigas centenarias. Poco espacio, pero aprovechado al máximo. Vamos a descubrir cómo han sabido sacar partido a cada rincón.
El espacio de estar
Con tan pocos metros nos sobran las paredes. Es así de sencillo. Si queremos ganar amplitud en una superficie muy limitada, debemos tirar tabiques y dejar que es espacio fluya. Sin duda, en esta reforma han sabido hacerlo.
Además, el hecho de que sea una vivienda abuhardillada y que los techos tengan mucha altura en determinados puntos, multiplica la sensación de espacio abierto. No parece de ninguna manera que esta casa entera ocupe lo que para muchos es su salón de 30 metros, ¿verdad?
Aprovechando los huecos
Como hemos dicho anteriormente, estamos en una vivienda abuhardillada. Y, aunque es una gran ventaja a la hora de tener un techo alto que da amplitud, por otro lado, lo cierto es que se acaban teniendo zonas donde la altura es muy baja y no podemos hacer un uso normal de ellas.
Si pensamos las posibilidades y hacemos el ejercicio de pensar en las prioridades en nuestro día a día, sabremos sacara partido a esos huecos "muertos". Pueden ser unas baldas para libros, podemos meter algún auxiliar que nos proporcione almacenamiento extra, podemos incluso poner lamparitas. El caso es que no haya ni un solo metro cuadrado desperdiciado.
La cocina bonita
Este estudio es un claro ejemplo de que menos es más. No por estar tan limitada, tenemos que conformarnos con una cocina que no nos guste. Muy al contrario, es en este tipo de proyectos donde el diseño puede brillar de verdad si está bien empleado.
Una cocina versátil, con todo lo imprescindible, con superficie de trabajo y para comer, y con un diseño que invita a disfrutarla. Alacenas en blanco y encimera en madera en tono natural, son la combinación perfecta. Recordemos la premisa indispensable a la hora de multiplicar la luz de una estancia: blanco sobre blanco hace ganar metros.
El dormitorio
Sin duda, si hay alguna cosa que yo podría echar en falta en este estudio, es tener una puerta en el dormitorio. Aquí la verdad es que confieso que la echaría mucho de menos, porque las zonas privadas de la casa, me gustan que sean eso, privadas. Sin embargo, también hay que ver los espacios con relación a las diferentes etapas de la vida. Estoy segura que siendo estudiante estaría encantada de vivir en un estudio con estas increíbles características.
La entrada delimitada por un mueble
Hay dos cosas que me encantan de las viviendas con pocos metros: la originalidad en sus soluciones y la búsqueda incansable de metros para aprovechar. Una gran cómoda blanca hace de recibidor, separador de ambientes y lugar para guardar un poco de todo. Una idea sencilla pero eficaz para crear sensación de "hogar". Siempre digo que la entrada de las casas es como una tarjeta de presentación. Da igual lo pequeña que sea, debe estar cuidada al máximo.
Sin duda, en estos pequeños espacios podemos inspirarnos para sacar ideas para nuestras casas. A medida que pasan los años nos resulta más difícil vernos en viviendas de este tamaño, sin embargo, yo pienso en lo que tardaría en ponerla a punto a nivel limpieza, y es como para pensárselo... Y vosotros... ¿Cambiaríais metros por comodidad?
Vía| Stadshem
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