Joana Costa
EditorNiña Pastori atraviesa uno de los momentos más sólidos de su trayectoria profesional, pero su vida cotidiana discurre lejos del foco permanente. En El Puerto de Santa María, la cantante ha construido un hogar que refleja con bastante fidelidad su forma de estar en el mundo: tranquila, luminosa y sin necesidad de excesos.
Vive en una casa moderna, amplia y muy abierta al exterior que sus seguidores reconocen fácilmente en las imágenes que ella misma comparte en sus redes con imágenes cotidianas
El interior y el exterior se conectan a través de cristaleras y puertas. /@npastorioficial
El salón, espacio de vida
Dentro de esa vivienda, hay un espacio que concentra buena parte de esa identidad doméstica: el salón. No es solo el centro físico de la casa, sino también el emocional. Es un lugar pensado para convivir, crear y disfrutar sin compartimentos estancos, donde la música y la vida familiar se cruzan con naturalidad.
El primer elemento que marca el carácter del salón es la gran cristalera corredera que lo conecta directamente con el amplio jardín. Desde allí, la luz entra sin filtros y transforma la estancia a lo largo del día, generando una atmósfera viva y muy mediterránea.
Una gran puerta conecta el interior con el exterior / @npastorioficial
Aquí no hay sensación de interior cerrado: el exterior forma parte del espacio y amplifica la percepción de amplitud. Es un espacio en el que el confort y la alegría de vivir se dan la mano porque traslada directamente a un exterior vivido.
Guiños industriales
En lo estético, el salón combina una base contemporánea con guiños industriales bien medidos. Los suelos en tonos grises claros, las paredes que alternan ladrillo visto y cemento pulido, y las estructuras metálicas negras crean un conjunto sobrio, equilibrado y con carácter. Sobre ese fondo neutro, Niña Pastori introduce piezas que aportan calidez y personalidad sin romper la armonía.
El sofá, el ladrillo vista y los toques industriales, clave de su vivienda. / @npastorioficial
Una de estas piezas que rompen la frialidad del estilo industrial es el sofá de terciopelo en tono mostaza, una elección que suma textura y color sin resultar estridente.
Este funciona como punto focal del salón y aporta un aire actual que convive bien con el resto de materiales. No parece colocado para marcar tendencia, sino para ser usado y disfrutado pese a todo.
Un piano vivido
La música, como no podía ser de otra forma, tiene un lugar protagonista. En uno de los rincones destaca un piano que no solo cumple una función creativa, sino que se integra plenamente en la decoración. Es un objeto vivido, con presencia, que habla de ensayos, composición y momentos íntimos lejos del escenario.
El salón cuenta con un piano decorativo pero con mucho uso. /@npastorioficial
Junto al salón y dentro del mismo ambiente se sitúa la cocina, ligeramente elevada por un pequeño escalón. Este desnivel marca una separación sutil, pero definitiva, entre ambos espacios sin romper la continuidad visual.
Desde la cocina se domina el salón y el jardín, reforzando esa idea de casa pensada para compartir y estar presente aunque se esté ante los fogones. Además, la cocina mantiene la coherencia estética del resto de la vivienda, con una barra de madera que introduce un claro acento mediterráneo.
Su acabado natural contrasta con los tonos más fríos del entorno y aporta una sensación acogedora. Los taburetes altos completan una zona pensada para desayunos largos, cafés improvisados y conversaciones que se alargan sin prisas.
La piscina y un sofisticado exterior son otra nota de su hogar. / @npastorioficial
Piscina, césped y solarium
Al fondo, como en un pintoresco cuadro, el jardín actúa como una prolongación natural del salón. Piscina, solárium, césped cuidado y materiales como la madera o la piedra consolidan un exterior pensado para el disfrute cotidiano, no solo para ocasiones especiales. Todo fluye con la misma lógica: luz, espacio y calma.
Su hogar respira un aire mediterráneo por todos los rincones. / @npastorioficial
El resultado es un salón que no busca impresionar, sino acompañar a la artista, a su familia y a sus amistades. Es un espacio vivido, coherente y muy alineado con la forma de vida de Niña Pastori, donde el estilo no está reñido con la comodidad y donde la casa funciona, ante todo, como refugio.
Foto | @npastorioficial/Instagram
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