No cabe duda que cuando la imaginación, la y el buen gusto se unen nos dan resultados verdaderamente estupendos. Tal es el caso de esta pequeña casa ubicada en la isla de Hvar en el Mar Adriático, en las costas croatas. La construcción es una pequeña torre de piedra del siglo XVIII que fue completamente restaurada y adaptada para ser transformada en una casa. Originalmente se trataba de un molino de viento que quedó en el abandono con el paso de los siglos.
El resultado es bastante espectacular si tomamos en cuenta que, hasta hace poco tiempo, esta construcción de 1761, no era más que un montón de viejas piedras a punto de derrumbarse. Utilizando la estructura principal de la torre, se crearon espacios interiores para configurar una verdadera casita, con todas las comodidades indispensables para una vida moderna.
Usando la verticalidad de la torre, los dueños lograron tener varios niveles habitables obteniendo así dos dormitorios, una sala de estar, cocina, estudio y espacios disponibles para almacenar todo lo que se nos puede ocurrir tener en casa. Para mantener una mejor circulación en el espacio, se favorecieron los espacios abiertos por los cuales se circula mediante una escalera de madera.
La madera es de hecho el material principal de la casa y combina muy bien con las piedras naturales que se mantuvieron tanto en el exterior como en el interior de toda la casa. Sin duda, esta pequeña casa con mucho carácter y mucha historia, es un perfecto ejemplo de cómo se puede perfectamente bien recuperar antiguas construcciones aparentemente sin futuro en hogares funcionales y totalmente originales. Una gran idea.
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