Con la llegada del verano, los niños están en casa a todas horas, y es un buen momento para pasar más tiempo con ellos. Hoy os propongo una manualidad que, además de ser entretenida y fácil de hacer, dará un toque personal a cualquier habitación de la casa mientras os proporciona una manera divertida de enseñar vuestras fotografías.
Para este trabajo, necesitáis un reloj con los números separados entre sí (los de Ikea son estupendos, por ejemplo), las fotografías que queráis pegar –aquí se puede jugar con la fantasía, en el ejemplo de la foto se ha realizado con caras de bebés, pero se puede hacer también con imágenes de flores, monumentos, lugares que os traigan buenos recuerdos…- pegamento lo menos líquido posible y tijeras para recortar las fotografías.
Si necesitáis aumentar el tamaño de las fotografías, lo más sencillo es que uséis un escáner y con un software adecuado, consigáis la medida requerida. Imprimid las fotografías en papel resistente –cartulina o papel fotográfico- y recortadlas hasta dejar sólo el motivo que queréis pegar. Poned pegamento en el dorso de la fotografía con cuidado de que no se os arruguen y de que no queden pegotes. A continuación, volved a tapar el reloj y voilà! Ya tenéis una manera distinta de presumir de hijos.
Vía | Apartment Therapy Más información | Martha Stewart
Ver 1 comentarios