Siempre estamos en busca de ese “marco incomparable” que haga que tus fotografías favoritas ocupen un lugar destacado en tu salón. Hoy quiero compartir con vosotros esta idea que he visto y que me ha parecido no sólo original, sino altamente barata. Ya me diréis vosotros si no son estos dos de los valores más demandados en estos tiempos que corren.
La idea consiste en usar botes y botellas antiguos para exponer fotografías o motivos en papel. Antes de poneros manos a la obra, tenéis que lavar bien los recipientes, y quitar las etiquetas completamente, ya que no querréis dar una sensación de cutrez con las pegatinas a medio quitar. Yo misma sé que es bastante difícil en algunos casos librarte del pegamento, pero con un algodón empapado en alcohol es muy sencillo retirarlos por completo.
A continuación, medid el bote o la botella para imprimiros la foto al tamaño adecuado. Esta manera de exponer imágenes, como las distorsiona un poco por las especiales características del vidrio permite que la instantánea no esté impresa con mucha resolución, ya que los pixels ni siquiera se apreciarán. Prescindid de las tapas de los botes ya que dejándolos transparentes no sólo combinarán mejor sino que darán más sensación de pulcritud.
Como es un truco decorativo muy barato, os aconsejo que experimentéis, y si tenéis un bote pequeño no hagáis una miniatura, sino que uséis vuestra creatividad para destacar el detalle que más os interese: unos pies, unas manos, unos ojos, una casa… el límite está en vuestra imaginación. Para conseguir un efecto interesante, probad a agrupar varios botes con imágenes dentro.
Vía | Apartment Therapy
En Decoesfera | Recicladecoración
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