Es cierto que al principio, durante los primeros meses, o incluso el primer año, la habitación del nuevo miembro de la familia transmita serenidad, con colores relajantes y suaves, y una decoración por así decirlo "pobre", es decir, en la que tengamos los muebles justos porque va a ser una habitación de mucho trote.
Sin embargo, a partir de los dos años de vida, o incluso en algunos niños antes, los niños necesitan algunas notas de color y un espacio cómodo y seguro para sus juegos, recordemos que jugar no es sólo diversión, también es una parte fundamental del desarrollo del pequeño.
Muchas veces las habitaciones infantiles en nuestras casas son muy pequeñas, disponemos de pocos metros, y además, al sumar el mobiliario se convierten en espacios además de pequeños inseguros, los papás ya sabemos lo que a los niños les gusta trastear, por eso, una buena idea en estos casos, es, si tienes varios hijos y dormitorios, unirlos; como os hemos venido diciendo en el caso del salón-comedor, o el despacho y el salón.
Con los años reclamarán más intimidad, probablemente. Pero en un primer momento, su hermano será su gran compañero de juegos así que además te agradecerán tenerlo cerca. Si decides unir las habitaciones, decántate por las camas que aprovechan todo el hueco en vertical, como por ejemplo las literas, así tendrás más espacio central para sus juegos y actividades.