Las fibras ya sean naturales o sintéticas, aunque son productos muy resistentes necesitan un mantenimiento constante, sobre todo teniendo en cuenta que son productos, que en el caso de estar localizados en el exterior, sufren unas condiciones, en ocasiones, bastante extremas.
¿Cómo cuidarlas? Pues como mínimo tenemos que realizarle un cepillado de forma frecuente, ya que se suele acumular mucho polvo en los nudos, y con el tiempo puede ser mucho más difícil de limpiar o incluso afear muchísimo el mueble.
En otras casos, al menos 3-4 veces al año, es conveniente lavar el mueble con agua y bicarbonato o amoniaco, un tratamiento que dejará las fibras como nuevas.
Y si tienes la suerte de tener un máquina de vapor en casa, no te cortes, puedes utilizarla perfectamente sobre las fibras y además el resultado será bastante bueno.