No cabe duda de que lo Vintage está en boga, ahora más que nunca. En la película Gran Torino, la nieta de Walt, el protagonista, le pregunta que va a hacer con su coche y sillón Vintage cuando la palme (sic), esperando recibirlo en herencia, ante su mirada estupefacta; y es que muchas cosas que hemos utilizado en nuestra infancia son ahora objeto de deseo, valorados y codiciados.
Estas maletas me recuerdan a las que utilizaba mi padre para llevar de un lado a otro su equipaje en sus viajes, quien me hubiera dicho entonces que un día las vería convertidas en unas camas para gatos de aire retro...
La transformación no tiene mucho misterio, se aprovecha solo una de las partes, eliminando la tapa, y se atornillan unas patas en la base. Un cojín mullido hecho a la medida de la maleta y la cama está servida.
Es una idea de Vintage Renaissance y están a la venta en Etsy por unos 50 euros, pero si tenéis a mano una maleta vieja y un gato dormilón, la ecuación tiene fácil solución.
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