Hay casas que parecen detenidas en el tiempo, y no por su encanto clásico, sino por el color de sus paredes
El color de las paredes de tu casa identifica tu personalidad, tu percepción de la armonía y tus gustos o preferencias con respecto al juego de luces dentro del hogar. Y aunque sin lugar a dudas, todo es cuestión de gustos, hay colores que apagan, que quitan años de vida a tu casa.
Gisella Rossi (@gi.interior) lo ve a menudo. Como interiorista, ha recorrido infinidad de hogares que, pese a tener buen mobiliario o luz natural privilegiada, se sienten apagados, anticuados… “en pausa”.
¿La razón? "El color de tus paredes puede rejuvenecer tu casa o hacerla ver más vieja de lo que es. Y no, no siempre se trata de pintar todo de blanco", explica con firmeza. Y es que no se trata solo de blanco o gris. Hay una gama de colores que, aunque alguna vez fueron tendencia absoluta, hoy envejecen visualmente cualquier ambiente.
El pasado en las paredes
Durante una época, los tonos cálidos y saturados inundaron los catálogos de pintura y los hogares. El amarillo mostaza, el naranja suave, el gris plomo. Todos parecían ser sinónimo de estilo. Pero el diseño evoluciona, y con él, nuestra percepción del color.
"El problema es que muchas casas siguen usando tonos que estuvieron de moda hace 15 o 20 años. Amarillos intensos, grises apagados, tonos durazno o azules fríos", dice la experta.
¿La solución? Volver a lo natural
La buena noticia es que no hace falta una gran reforma para rejuvenecer tu casa. El cambio puede empezar —literalmente— con una brocha. "Si quieres un cambio inmediato elige tonos neutros, cálidos como el beige suave, arena o marfil, que dan más luz o calidez".
Gisella propone una vuelta a los neutros cálidos, esos tonos suaves que recuerdan a la arena, a la piedra clara, a las fibras naturales. "Combínalos con acentos como verde oliva, terracota y azul profundo para darles un toque actual".
No solo aportan luminosidad, sino que también crean una base perfecta para jugar con acentos de color más expresivos. “Una pared color arena combinada con cojines terracota, por ejemplo, puede transformar completamente tu sala sin cambiar un solo mueble”, afirma.
Este enfoque —sencillo pero estratégico— permite renovar el ambiente sin grandes inversiones. Un cambio de pintura, un par de cojines nuevos, tal vez una manta o una cerámica con personalidad.
Fotografías | Instagram de Gisella Rossi
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