Rincones que quedan en el olvido y que pueden acumular más suciedad de la que pensamos
Cuando hablamos de limpieza del hogar, solemos centrarnos en las superficies más visibles: suelos, encimeras, baños y cristales. Pero según explica la experta en limpieza Elisabet Jiménez (@huele.a.limpio), hay rincones y objetos cotidianos que pasamos por alto sin darnos cuenta y que acumulan más suciedad de la que imaginamos.
En su perfil de Instagram, donde comparte consejos virales y prácticos para mantener el hogar reluciente, Jiménez ha revelado cinco zonas clave que la mayoría de las personas olvida al limpiar. ¡Te las contamos para que las incluyas desde ya en tu rutina de limpieza (casi) diaria!
La escobilla del váter: el gran olvidado del baño
Usamos la escobilla para limpiar el inodoro, pero rara vez pensamos en su propia limpieza. “Es fundamental desinfectarla de forma regular”, explica Jiménez. ¿Su truco? Introducir una pastilla de lejía en el cepillo, sumergirlo en agua caliente (o incluso dentro del propio váter) durante 15 a 30 minutos y dejarlo secar completamente antes de guardarlo. Así evitarás malos olores y acumulación de bacterias.
El filo de la vitrocerámica: un foco inesperado de suciedad
Aunque la superficie de la vitro pueda parecer impecable tras pasarle una bayeta, el borde cuenta otra historia. “Utiliza un palillo envuelto en papel de cocina para pasar por la ranura que bordea la placa". Te sorprenderá la cantidad de grasa y suciedad que se acumula ahí sin que lo notes, advierte la experta.
Cables de cargadores: más sucios de lo que imaginas
Móviles, tablets, portátiles... Los usamos a diario y sus cables están constantemente en contacto con las manos y el suelo. “Coge un borrador mágico ligeramente humedecido con agua y pásalo por todo el cable", recomienda la experta. Te vas a quedar boquiabierto con la cantidad de suciedad que puede acumular.
Manillas de las puertas: limpieza semanal obligatoria
Son uno de los puntos de contacto más frecuentes en casa, y sin embargo, pocas veces forman parte de la limpieza rutinaria. “Llegamos de la calle, tocamos las puertas sin lavarnos las manos, y ahí queda todo. Es básico limpiarlas al menos una vez a la semana”, señala. Basta con coger una bayeta de microfibra y un poco de lejía desinfectante y quedan como nuevas.
Interruptores: limpieza diaria para evitar gérmenes
Tocamos los interruptores decenas de veces al día, pero rara vez los limpiamos. “Lo ideal sería desinfectarlos casi a diario. Se ensucian con mucha facilidad y son un foco importante de bacterias”, advierte la especialista. Al igual que hacemos con las manillas, basta con coger una bayeta de microfibra y un producto desinfectante para dejarlos impecables.
Estos consejos nos recuerdan que un hogar limpio no solo se ve, también se siente y se respira. Por ello, incorporar estas pequeñas rutinas en la limpieza de casa, no solo mejoran la higiene general del espacio, sino que también alargan la vida útil de muchos objetos y contribuye al bienestar diario.
Fotografías | Vía @huele.a.limpio
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