Transformé mi terraza con este básico de Ikea. Y además de crear un pequeño paraíso, he conseguido la máxima privacidad

Era un ático sin privacidad y ahora es un jardín secreto en el que disfrutar todas las estaciones del año

Aunque son lugares de lo más codiciado, en algunas ocasiones las terrazas del ático son espacios vacíos, aburridos y sin personalidad. Parecen más un lugar de paso que un rincón para disfrutar. Sin embargo, tras ver la propuesta de @patriwhitehouse en TikTok, uno se da cuenta de que es hora de transformar este espacio en un refugio mágico y acogedor.

Además, se demuestra que no es necesario gastar una fortuna, pero sí crear un ambiente que acabe siendo especial: un lugar donde poder relajarse y disfrutar de la tranquilidad sin sentirse observado por los vecinos.

El poder de los jardines verticales

La primera solución que propone es tan simple como efectiva: un jardín vertical para ocultar las miradas indiscretas de la terraza vecina. Utilizando solo un sencillo alambre, se pueden instalar plantas artificiales que cubran la pared de forma natural y armoniosa.

Esta barrera verde no solo proporciona la privacidad que uno busca, sino que también aporta frescura y un toque de naturaleza, transformando al instante la atmósfera del lugar. De repente, la terraza se siente más acogedora y reservada.

Para darle más vida al suelo, se puede seguir el consejo de @patriwhitehouse e instalar una alfombra de fibras naturales. Este elemento no solo aporta calidez y textura, sino que también ayuda a delimitar el espacio de manera visual.

Por ejemplo, se puede usar la alfombra básica de Ikea Morum ideal para exterior e interior que cuesta menos de 50 euros que aporta calma y mucha sofisticación. Su color beige es genial para este proyecto, así como sus dimensiones de 160 x 230 centímetros.

Un punto focal

La guinda del pastel es la incorporación de una gran mesa cuadrada, ideal para cenas al aire libre o para simplemente disfrutar de una taza de café en las mañanas. Ahora, la terraza tiene un punto focal, un espacio alrededor del cual gira toda la decoración.

El toque final que aporta verdadera magia es una barra decorativa para la mesa. Siguiendo la inspiración de Patri, se pueden colgar unas ramas de las que penden preciosas flores secas de amaranto, compradas en un centro de jardinería.

Esta barra le da un toque único y sofisticado al espacio, casi como si uno estuviera en un pequeño jardín secreto. Para iluminar discretamente las noches, basta con añadir unas bombillas colgantes, que brindan una luz suave y cálida, perfecta para crear un ambiente acogedor al caer el sol.

Finalmente, para dar aún más vida vegetal al espacio, se pueden añadir frascos con plantas, como crasas, y algunos ramilletes de paniculata. Estos pequeños detalles verdes no solo refrescan el ambiente, sino que también hacen que la terraza parezca un auténtico oasis.

Fotos | @patriwhitehouse/

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