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Una cocina abierta para compartir: ideas para familias cocinillas

Una cocina abierta para compartir: ideas para familias cocinillas
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Cocinar es un placer para muchas personas y una cocina abierta favorece trabajar en grupo y charlar. La cocina vuelve a convertirse en el corazón del hogar, como hace años, pero además ahora es mucho más común ver a varios miembros de la familia colaborando en ella.

Así que si tener todo a mano en nuestra cocina es muy importante cuando estamos solos, para que sea eficiente nuestra tarea culinaria, todavía lo es más cuando somos muchos “cocinillas” en casa y todos queremos disponer de un espacio cómodo para trabajar.

Hoy os mostramos, de la mano de Leroy Merlín, unas cuantas ideas para poner a punto nuestras cocinas y hacerlas más prácticas con el fin de colaborar y disfrutar todos juntos.

Organización: El triángulo de trabajo

Cuando hayamos decidido reformar nuestra cocina debemos tener en cuenta alguna cuestión para que sea mucho más funcional, sobre todo si somos varios los que vamos a convivir en ella. Para eso, y dependiendo de la forma, organizaremos lo que se llama “el triángulo de trabajo”, que no es más que distribuir correctamente las distintas zonas para que todos los que nos encontremos con alguna tarea dentro de la cocina, estemos cómodos y sin molestarnos.

La idea es trazar una línea imaginaria que forme un triángulo cuyos vértices sean la zona de cocción, la zona de lavado y preparación de alimentos, y la zona de almacenaje y frigorífico, obteniendo de esta manera tres espacios diferenciados que nos permitan una cocina funcional.

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Para eso necesitamos entre cada zona una distancia mínima de 1,20 metros y una máxima de 3 metros, sin que el perímetro total supere los 8 metros, así como también evitaremos los obstáculos que cierren el paso entre los tres puntos de este triángulo. Es conveniente que situemos en cada zona un espacio de preparación, de esta manera tendremos tres zonas auxiliares para que cada uno trabaje en ese momento.

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Si nuestra cocina es en línea y no podemos organizarla de esta manera, lo ideal es que la zona de lavado se encuentre entre la de cocción y frío. En cambio, las distribuciones en paralelo, nos permitirán cocinar cómodamente cuando somos más de una persona, ofreciendo dos zonas de trabajo enfrentadas muy eficientes, pero a la hora de organizarlas hay que tener en cuenta que el pasillo central nos sea lo suficientemente cómodo para no congestionar el paso.

Es más sencillo de lo que parece organizarse a diario para cocinar varios a la vez. La falta de tiempo o que nuestra cocina no sea lo suficientemente grande, no es impedimento para una buena organización. Para ello, y con el fin de tener preparada fácilmente la comida de todos los días, podemos ir asignando distintas labores y una zona de trabajo determinada a cada miembro de la familia.

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Para la zona de lavado de alimentos podemos instalar un práctico fregadero de doble seno con escurridor que nos servirá para lavar las verduras, enjuagar los utensilios de cocinar y escurrir lo que ya hayamos fregado. Lo mejor es disponer de una superficie al lado del fregadero de unos 60 o 90 centímetros que permita preparar los ingredientes con facilidad y sin interferencias con los otros compañeros de tarea.

Más cómodos que las puertas, que siempre dificultan el paso cuando están abiertas, cuando somos varios en la cocina son muy prácticos los cajones bajo fregadero. Especialmente diseñados para este cometido, nos permiten aprovechar mejor el espacio sorteando las instalaciones de fontanería, para tener todo a mano y sin tener que agacharnos ni tropezar unos con otros por estar buscando algo en el fondo del armario.

La clave está en aprovechar espacios

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Para no molestarnos unos a otros y además aprovechar el espacio de las esquinas de la cocina, son perfectos los módulos de rincón con cajones angulares, cestas y bandejas extraíbles, que con un acceso cómodo, se convierten en una opción estupenda para guardar cacerolas, sartenes y demás menaje, y poder acceder a todo fácilmente sin ocupar el resto de los frentes de trabajo.

Por la mañana, cuando el tiempo apremia, y parte de la casa está haciéndose el desayuno y el resto preparando algo para dejar de comida, nos será muy útil el dejar una zona en donde estén reunidos los pequeños electrodomésticos.

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Un mueble de persiana es ideal para esta función. Busca algún hueco en la cocina que no moleste a los que están cocinando, e instala un armario o unos estantes para que esté cómodo el encargado de la casa de tener los desayunos a punto. Si dentro de este, colocamos algún enchufe que permita tener los electrodomésticos conectados a la corriente, todavía será más practico.

Superficies extra para ganar espacio

Cuando tenemos que trabajar en la cocina varios a la vez toda superficie extra es bienvenida. Para eso colocaremos alguna mueble auxiliar o una encimera de pequeño tamaño, ya sea incorporándola como un falso cajón o bien colocando una mesa con ruedas dentro de alguno de los módulos bajos. Así, en el momento que seamos varios en la cocina, podrá usarse cómodamente y sino, estará oculta a la vista.

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Si tenemos “pequeños Masterchef” en casa, podemos dedicar alguna tarde de fin de semana para preparar algo de repostería con ellos. Para esos días, estaría bien tener una mesa auxiliar de tamaño más grande, mejor con ruedas para poder desplazarla, y con una superficie de mármol o de un compuesto de cuarzo resistente.

Lo ideal sería que se pudiesen adaptar las patas en altura, de esta manera podríamos dejarla cómoda para la altura de los niños y que se involucraran mucho más en estas tareas al poder amasar, cortar o rellenar las cápsulas de unas magdalenas. Después, cuando la usemos de nuevo los adultos, volverla a su altura original y utilizarla como superficie de trabajo extra para cortar y prepara los alimentos.

El corazón de la cocina: Una isla de trabajo para compartir

Sin duda alguna el centro neurálgico de una cocina para compartir es la práctica isla. Esta se convierte en una unidad de trabajo independiente, pues en ella va normalmente una zona de cocción, de preparación y de lavado, pero también en un office donde disfrutar de una comida.

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Las islas son perfectas para la cocina del día a día, pero también para reunirnos alrededor de los fogones un grupo de amigos, degustando después en una buena cena de todos los platos cocinados entre nosotros. Nada mejor que compartir nuestras recetas mientras disfrutamos de una amena conversación con la familia o las amistades.

Aunque las islas en un principio están pensadas para cocinas amplias, pues debemos disponer de unos 90 centímetros entre su contorno y el mobiliario, no es incompatible tener una cocina pequeña y una isla. Podemos buscar otras alternativas como mesas tocineras antiguas, cómodas o islas portátiles con ruedas que podamos cambiar de lugar según los que seamos en la cocina y el espacio del que dispongamos.

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Para sacarle mucho más partido diséñala con cajones, baldas o armarios que te permitan multiplicar la capacidad de almacenaje. Y consigue en tu cocina pequeña una barra de desayunos o comidas rápidas dejando la encimera de la isla volada en un extremo y completándola con un par de taburetes. De esa manera la podrán utilizar muchos más miembros de la familia a la vez.

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Como puedes comprobar, muchas son las propuestas para disfrutar de una cocina compartida en donde todos trabajemos cómodamente. Si te han gustado estas ideas, en la web de Leroy Merlín encontrarás todo lo necesario para adaptarlas a tu cocina.

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