Hoy nos toca hablaros de un nuevo acabado, en este caso, más sencillo de realizar, podéis hacerlo vosotros mismos ya que la técnica es fácil, pero mucho más costoso en el sentido del tiempo y de lo delicado que hay que ser sobre la superficie.
¿En qué consiste el esponjado?
Como su nombre indica, el esponjado es una técnica de acabado que requiere de una esponja para llevarse a cabo, es el instrumento que se utiliza para aplicar la última capa de pintura, y así dar un efecto algodonoso a nuestras paredes.
¿Cómo llevar este efecto a nuestra pared?
Como os digo la técnica es muy sencilla, pero os llevará tiempo decorar toda una habitación con ella, así que si no tenéis tiempo suficiente o queréis algo más rápido y sencillo os recomiendo que busquéis otra técnica u os pongáis en manos de un profesional.
Si en cambio habéis decidido llevarlo a cabo vosotros mismos primero necesitáis ir a vuestra tienda habitual y haceros con dos tonos de pintura uno más claro, para la pared inferior, y otro más oscuro para el esponjado.
También necesitáis una esponja natural, que podéis encontrar en la misma tienda. Hay diferentes tipos y de ellos depende el acabado, así que primero tienes que plantearte cómo quieres el resultado.
Además te aconsejo que compres varias (son bastante económicas) al menos dos o tres, de esta manera podréis afinar en el efecto que queréis conseguir.
Una vez tengas todo el material lo que tienes que hacer es pintar la pared con el tono más claro de forma normal y dejarla secar, una vez seca, debemos aportar el tono más intenso con la esponja mediante pequeños toques y roces, de esta manera conseguiremos el efecto de esponjado.
¿Para qué ambientes es adecuado este tipo de acabado?
Se trata de un acabado que queda muy bien en ambientes de tipo clásico, siempre que utilicemos tonos claros, o en casas de campo o playa si utilizamos verdes o azules, con ellos conseguiremos un efecto muy natural.
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