No albergaba yo muchas esperanzas sobre el Iberostar Coral Beach de Marbella. Era la cadena de hoteles en los que me alojé durante un viaje por Túnez, y en la mayoría de ellos la decoración me decepcionó varios enteros, a pesar de las abundantes estrellas que lucían en la puerta.
Sin embargo, para mi sorpresa, me encontré con un cálido hotel de playa de estilo colonial, especialmente en la habitación, donde predominaba el color blanco y los materiales naturales, como la madera o el mármol. El estilo de los pasillos, que he obviado velando por vuestra salud visual, no era tan agradable, pintados en un color rojo teja bastante agobiante.
Volviendo a la habitación, lo primero que llama la atención, además de su claridad, es su gran tamaño. Tras un pequeño recibidor, se abre ante nosotros una gran estancia, con dos camas y una zona de sofás frente al televisor. Al fondo, tras una gran cristalera, hay una pequeña terraza.
La calidez la aportan los materiales, todos naturales. Desde el suelo, de un precioso mármol, hasta las puertas de los armarios, de madera blanca, como si fueran contraventanas, pasando por las telas de los sillones y el cabecero de la cama, en un color terroso que ofrece la única nota de contraste.
Decepciona un poco que, al asomarse a la terraza, lo único que se ve es la piscina de otro complejo, y por mucho que se intente, no se logra atisbar el mar, y eso que el hotel está en primerísima línea de playa. Aunque ese es un mal solo de las habitaciones más modestas. Afortunadamente, los pinos del jardín ofrecen una brisa fresca mientras se disfruta de la conexión 3G, pues en el interior, no hay.
Y hablando de conexiones, me vais a permitir que haga un inciso no decorativo. No entiendo cómo los hoteles aún no ofrecen Wifi gratis a sus clientes. Es cierto que requiere una fuerte inversión, pero hoy en día es algo que cambiaría por la televisión de pago o el mini bar. Pero claro, como eso lo necesitan para que les den las estrellas, hasta que no cambien el sistema de calificación, vamos servidos. Deberían aprender de los hoteles norteamericanos, donde hasta el más triste motel de carretera lo ofrece de forma gratuita.
Dicho esto, retomemos nuestro paseo por la habitación. Me había dejado por visitar el baño, al que se accede desde el recibidor, como suele ser habitual. Es realmente grande, aunque angustiosamente oscuro. Una única lámpara ilumina la zona principal, con dos senos y un gran espejo.
A un lado de esta zona encontramos el indoro y el bidet, y al otro, sin luz alguna sobre ella, la bañera. Entiendo que la iluminación en la zona de la ducha es complicada, por el problema que supone el vapor de agua, pero existen luminarias estancas que permitirían disfrutar de una ducha pudiendo distinguir qué es el jabón y qué el champú.
Como habéis podido comprobar, el Iberostar Coral Beach en Marbella es un cálido hotel de playa de estilo colonial, aunque tras su agradable claridad se esconden algunas sombras que no conviene olvidar a la hora de decidir alojarse en él para pasar unos días en la playa.
Más información | Iberostar Coral Beach en Marbella En Decoesfera |