La nueva tendencia que transforma salones y terrazas son los jardines en miniatura

Con raíces en el Japón ancestral, los jardines en miniatura ganan protagonismo en macetas que parecen hechas para un cuento

En un mundo donde los espacios se achican, la creatividad florece. Los jardines del pueblo se convierten en balcones de la ciudad y los grandes árboles pasan a flores diminutas que decoran con mucho gusto esta nueva estación.

Y es precisamente en rincones estrechos —un balcón angosto, una repisa soleada, una esquina olvidada de la terraza— donde está brotando una de las tendencias más encantadoras del diseño botánico contemporáneo: los jardines en miniatura.

Lejos de ser solo un adorno pasajero, estas pequeñas composiciones verdes invitan a una nueva forma de habitar y contemplar el espacio. Son escenas vivas, cargadas de intención, donde la naturaleza encuentra su lugar aun en los metros cuadrados más limitados. Especies seleccionadas no solo por su belleza, sino por su adaptabilidad al formato en compacto.

En este mundo, los Kokedamas y Kusamonos forman parte de estos mini jardines que combinan la filosofía zen y la precisión botánica en una esfera de musgo, una bandeja de bonsái o dentro de una maceta en miniatura.

Kokedamas: planetas verdes suspendidos en el aire

Intenso de flores

Los kokedamas, originarios de Japón, son una de las estrellas de esta corriente. Se trata de plantas cultivadas dentro de una bola de sustrato envuelta en musgo, que cuelgan como si fueran pequeños planetas flotantes. Su belleza radica tanto en su estética suspendida como en su filosofía: no se ocultan las raíces, sino que se las muestra y se las celebra.

Colgadas en altura, estas esferas verdes se convierten en esculturas vivientes que llenan de vida cualquier rincón, sin necesidad de ocupar espacio en el suelo. Además, requieren poco mantenimiento y son ideales para especies que disfrutan de ambientes húmedos y luz indirecta.

Plantas para Kokedamas

Estas plantas deben tolerar cierto grado de humedad y sombra, ya que el musgo retiene bastante agua:

  • Helechos (Nephrolepis, Asplenium). Ideales por su textura frondosa.
  • Potos (Epipremnum aureum). Muy resistentes y de crecimiento colgante.
  • Fitonias. Pequeñas, coloridas y perfectas para ambientes húmedos.
  • Marantas y Calatheas. Hojas ornamentales y patrones atractivos.
  • Orquídeas pequeñas (Phalaenopsis mini). Para un toque exótico.
  • Suculentas (solo si se modifica el sustrato para un riego más escaso).

Kusamonos: poesía vegetal en miniatura

El bonsái y yo

Otra joya japonesa que está conquistando a los amantes del verde son los kusamonos. A simple vista, podrían parecer maleza, pero en realidad son composiciones profundamente meditadas, donde cada planta, piedra o musgo tiene un papel específico.

El kusamono no busca el protagonismo exuberante de una flor exótica, sino que se deleita en la modestia y la armonía de lo simple. Estas piezas invitan a detenerse, observar y encontrar belleza en lo que suele pasar desapercibido.

Dispuestos en pequeñas macetas o bandejas, los kusamonos funcionan como haikus botánicos: breves, silenciosos y cargados de significado.

Plantas para Kusamonos

Deben ser especies que representen lo natural, incluso lo silvestre, con cierta poética visual:

  • Musgos. Básicos en el kusamono para crear un ambiente húmedo y natural.
  • Hierbas ornamentales (como Carex o Acorus). Aportan textura y movimiento.
  • Treboles (Oxalis). Aspecto delicado y floración sutil.
  • Hostas miniatura. Excelentes por su forma y color de hojas.
  • Mini helechos o Davallia.
  • Campanulas enanas o pequeñas flores silvestres.

El encanto zen de los mini jardines

Combinando precisión botánica con filosofía oriental, los mini jardines son una forma de expresión que transforma lo ornamental en experiencial. Inspirados muchas veces en los jardines secos japoneses o en los paisajes montañosos, se valen de elementos como arena, piedras, bonsáis, y plantas de porte bajo para crear escenas en miniatura que evocan mundos completos.

La clave está en el equilibrio y la proporción. No se trata solo de qué plantas usar, sino de cómo dialogan entre sí, cómo se relacionan con el recipiente que las contiene, y cómo todo el conjunto provoca una sensación de calma.

Más que decoración, un estilo de vida

Estos jardines en miniatura no buscan competir con la jardinería tradicional, sino ofrecer una alternativa accesible, íntima y profundamente estética. Son ideales para quienes viven en departamentos sin jardín, pero también para quienes encuentran en lo pequeño un refugio de contemplación.

Cada kokedama, cada kusamono, cada bandeja zen, es una invitación a reconectarse con la naturaleza desde un enfoque pausado, casi meditativo. La elección de las especies —muchas veces crasas, helechos, musgos, o plantas tropicales enanas— responde no solo a criterios estéticos, sino también a su adaptabilidad al formato compacto y a las condiciones del entorno urbano.

Lo mejor de esta tendencia es que no requiere grandes inversiones ni conocimientos avanzados. Con unas pocas herramientas, algo de paciencia y una mirada sensible, cualquier persona puede crear su propio oasis en miniatura.

Fotografía de portada | Intenso de flores

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