Droog es una lámpara de techo, colgante, de apariencia rígida y sólida como la de la mayoría pero que en realidad es flexible y tiene una forma susceptible de ser modificada, tal vez en principio nos pueda parecer que el querer tener una lámpara de forma variable sea un poco caprichoso, pero en realidad la idea puede ir más allá de una simple cuestión estética.
Y es que la pantalla de las lámparas resta luminosidad, sean del material que sean la luz no las atraviesa casi nunca por completo y de la potencia de la bombilla perdemos entonces una buena parte, dependiendo de la actividad a realizar en un momento concreto, nos puede interesar una luz más o menos intensa, así abriendo o cerrando la pantalla, levantándola o bajándola, podemos hacer que la claridad en la habitación y en particular junto a la lámpara, sea mayor o menor, también es verdad que el poder cambiar la forma además es divertido.
Me ha recordado a los sombreros que llevamos a la playa para que no nos dé el sol en la cara o en la cabeza, las alas de los sombreros también se suelen mover, se levantan o se bajan para tapar más o menos, claro que en el caso del sombrero la luz viene de fuera, pero la idea tiene ciertas similitudes, la pantalla limita la cantidad de luz que se recibe y modificarla a nuestro antojo es un buen modo de controlar esa luminosidad por nosotros mismos. Aunque hay también otras alternativas como las bombillas de intensidad regulable, lo de la lámpara es más rudimentario pero tiene su encanto.
Vía | My Design Pick Más información | 2modern En Decoesfera | LEDs interactivos, se encienden al tocarlos