No sé si a vosotros también os pasa que al quitar casas familiares os que llevan tiempo cerradas os da la impresión de que llamarías al trapero más cercano para que se lo llevara todo. Las casas cerradas matan la vida y lo que en un ambiente vivido es una preciosidad, cubierto de polvo y de soledad se convierte en poco menos que basura.
Gigantescas vitrinas, enormes aparadores de castillo cuyas puertas son más grandes que la principal de las pequeñas cajitas de cerillas donde vivimos o sillerías pasadas de moda y un largo etc de maravillosas maderas nobles, que parece que no tienen solución.
Bueno, pues no hay que dejarse llevar por la primera impresión porque en temas de decoración, no es la que cuenta. Os propongo que abráis la mente y procuréis ver más allá de lo que vuestros ojos os muestran.
Esas enormes vitrinas pueden transformarse en dos muebles diferentes, una fabulosa mesa de centro expositora agregándole unas patas, y un armario para el salón o el comedor simplemente poniendo una tapa que puede ser de madera o cristal oscuro y dependiendo si lo queremos con o sin puertas puede convertirse en un botellero con mueble-bar, o un pequeño aparador para la vajilla.
Y una sillería anticuada y estropeada, con las herramientas adecuadas y un poco de maña e imaginación, una tapicería alegre y una guata nueva, puede transformarse totalmente. Tendremos unos muebles "de famille", originales y modernos y totalmente exclusivos, que ya estamos un poco cansados de casas clónicas y sin personalidad. Una casa debe, bajo mi punto de vista, retratar a sus habitantes, porque nadie vive en la portada de una revista, ¿0 si?
Imagen | Better and After, Palacio de Partarríu de Wikipedia En Decoesfera |De Isabel II de España a Gustavo III de Suecia. Cómo transformar muebles al estilo gustaviano
