A los lectores nos encanta leer en la cama cuando no tenemos prisa por levantarnos. También un ratito antes de dormir y a los peques de la casa les vuelve locos ir a la cama de los padres para tumbarse con un buen libro aprovechando las vacaciones.
Pero hay que tener cuidado con las posturas, aprovechar la luz natural y tener los libros a mano, de manera que podamos cambiar de ejemplar y todo esté bien organizado.
Luz natural entrando por las ventanas es la ideal para la vista. Con las ventanas abiertas y la brisa del mar o la montaña entrando por ellas, retrasarás al máximo levantarte.
Cuidadito con las posturas, que no queremos pasarnos las vacaciones con dolor de cuello o espalda. Una buena combinación de almohadones y almohadas duras y blandas para encontrar una buena postura. Una bandeja de patas para tener el té o el café a mano y la tranquilidad de que eres rey de tu tiempo.
Las estanterías alrededor, encima e incluso debajo e integradas a la cama, para que podamos alcanzar los libros sólo alargando el brazo.
Para quienes no tienen mucho tiempo (y menos en verano) de andar limpiando el polvo de los libros, os recomiendo vitrinas. Todos sabemos que los libros acumulan mucho polvo y en el dormitorio cuantas menos cosas con polvo, mejor.
Y vosotros ¿sois de leer en la cama?
Imágenes | Domino Mag, Mr Waller, Urban Outfitters
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