Los que tenemos algún instrumento estamos siempre cuidándolo, procurando que se encuentre en el mejor sitio y que no sufra cambios de temperatura que puedan desafinarlo. Os propongo que lo hagáis protagonista de alguna de vuestras habitaciones a vuestro instrumento favorito. Vale que sea un piano, un arpa, un violín, una trompeta o una guitarra.
Colocadlo en una de las paredes que será la pared de impacto y haced que todas las miradas se vuelvan hacia vuestro instrumento. No olvidéis que, aunque no sea algo que toquéis todos los días, también acumula polvo y haceros a la idea de que tenéis que quitárselo con la misma frecuencia con la que se lo quitáis a otros muebles. Una pared con varias guitarras atraerá todas las miradas, y una guitarra eléctrica hará más roquera la habitación de cualquier adolescente.
Mi consejo es que no compréis el instrumento ex profeso con fines decorativos, ya que sería una pérdida inútil de dinero. Colocad en las paredes algún instrumento viejo que ya no funcione que podéis comprar en un rastrillo o bien el que tocáis con frecuencia (las guitarras son el caso paradigmático de este tipo de decoración ya que en vertical es la mejor manera de guardarlas, aunque mejor en una funda que expuestas).
No os paséis de rococós al colocarlos en las paredes y dejad que sean protagonistas pero sin obligar a vuestros invitados a estar mirando todo el rato vuestros instrumentos. Además, si os decantáis por tener un piano en el salón, pensad en las medidas tanto de la estancia como del piano, ya que no se adapta a todo tipo de ambientes (por no hablar de que es muy caro).
Imagen vía | Design*Sponge
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