Uno de los grandes protagonistas en los últimos meses en el mundo de la decoración ha sido el clásico espejo sol. Una pieza llena de elegancia y estilo que proporcionaba el toque vintage en casas y tiendas. Ahora, tras la moda de los espejo sol, llega la moda de los espejos de fibra vegetal.
Otro elemento que se puso de moda en las décadas de los años 50 y 60 en casas de campo y de playa y que en este momento vuelve con fuerza para tratar de arrebatarle su reinado al clásico espejo sol fabricado en metal que tantas paredes ocupa desde hace unos años.
Con formas caprichosas, estos espejos son perfectos para todos aquellos que buscan estar en paz con el medio ambiente, sentir cerca la naturaleza y aprovechar las altenativas naturales a otros materiales industriales, ya que están fabricados en materiales como el mimbre, el ratán o las cañas de bambú.
Materiales que comienzan a recuperar terreno por tratarse de materiales naturales y sencillos y que se imponen en estilos rústicos, coloniales o incluso minimalistas. La tendencia es colocarlos en una pared siempre en grupo, bien se trate de espejos de nueva fabricación, o mejor todavía, si se trata de originales fabricados en los años 50 o 60 en el centro y norte de Europa.
Así que si tienes algún espejo así guardado desde hace años en el trastero o arrinconado y sin uso en casa de tus abuelos, ya sabes, límpiale el polvo y búscale un sitio en tu hogar para estar a la última. A mi particularmente, y aunque reconozco que algunos de estos espejos me parecen muy bonitos, me sigo quedando con la prestancia que proporcionan los espejos sol de metal, sobre todo para las casas más urbanas. ¿Y tú, qué opinas? ¿Pondrías espejos de fibras naturales en tu casa?
Fotografías | Houzz, Objetology, Muy House, Gancemanía, wayfair En Decoesfera | Las fibras nos hacen vibrar
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