Vamos a decirlo de una vez y que quede claro para siempre: las casas viejas tienen grietas. Te puedes cansar a rellenarlas con distintos tipos de masilla, yeso o con lo que se te ocurra, pero tienen la mala costumbre de volver. ¿Qué hacer cuando no te queda más remedio que aceptarlas, ya sea porque no puedes o porque no quieres hacer una obra?
Observad cómo ha solucionado el problema el dueño de la casa que tenéis sobre estas líneas. Enmarcar las grietas ha sido su solución que han elegido en este caso, cosa que a mí me hace gracia pero que no pondría en mi casa. El asunto se agrava porque además de la grieta, se ha desconchado la pared y se ve que no han hecho nada por ocultarlo.
Para mí es una solución directamente cutre y le habría puesto delante un espejo o un cuadro de las dimensiones del marco o tal vez pintar la grieta o taparla con yeso… cualquier cosa antes de tener eso en mi salón o en mi pasillo. ¿Vosotros opináis como yo? ¿O tiraríais por la calle del grunge para simplificar?
Imagen vía | Apartment Therapy
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