Al sumergir los objetos metálicos en esta mezcla, recuperan su brillo sin necesidad de productos abrasivos
La mayoría de los pomos de las puertas están ya desgastados por el uso diario que les damos. Esto crea una sensación de suciedad y dejadez en casa que, lejos de ser cierto, puede dañar el aspecto visual de nuestro hogar. No obstante, en un mundo donde los trucos caseros vuelven a ser tendencia, esta solución nos deja con la boca abierta.
El experimento parte de envolver el pomo de la puerta con papel de aluminio. ¿Un método antirrobo? ¿Un experimento absurdo? Nada de eso. Aunque este truco no tiene utilidad en cuestiones de seguridad, sí esconde una función práctica y sorprendentemente eficaz: devolver el brillo original a los pomos metálicos y eliminar la oxidación superficial sin esfuerzo.
Un truco que viene de la hostelería y funciona en casa
Lejos de ser una invención reciente, este método tiene su origen en la limpieza profesional, especialmente en el ámbito de la hostelería, donde la necesidad de mantener el metal siempre reluciente ha dado lugar a soluciones tan simples como efectivas.
El uso del papel de aluminio, combinado con ingredientes cotidianos, se ha utilizado durante años para restaurar el brillo de cuberterías, bandejas y superficies de acero inoxidable o plata, y hoy se extiende a hogares que buscan mantener sus detalles metálicos impecables sin recurrir a productos abrasivos.
La química que lo hace posible
El secreto de esta técnica está en una reacción química sencilla pero poderosa. Solo necesitas:
- Un recipiente con agua caliente
- Una cucharada de bicarbonato de sodio
- Una cucharada de sal
- Varias bolas de papel de aluminio arrugado
Al introducir los elementos metálicos —como pomos de puertas, tiradores o incluso cubiertos— en esta mezcla, se produce un intercambio de electrones entre el aluminio y el metal oxidado, que elimina la pátina oscura y recupera el brillo natural de la superficie.
Este proceso, conocido como reducción electroquímica, limpia sin dañar y es ideal para metales delicados. Lo mejor: no requiere frotar con fuerza ni utilizar productos tóxicos o costosos.
Aunque muchas personas asocian el truco con envolver directamente el pomo con papel de aluminio, la forma más efectiva de emplearlo es sumergir el objeto en la mezcla. En el caso de elementos fijos como los pomos de las puertas, puedes adaptar el método con una esponja o paño empapado en la solución, y después pasar las bolas de aluminio arrugado con suavidad sobre la superficie.
Imágenes | Unsplash
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