El arquitecto Leonardo Rogel propone una visión distinta, mucho más económica, ecológica y creativa
Cuando el calor aprieta y las temperaturas suben sin piedad, corremos a encender el aire acondicionado para climatizar el dormitorio a la hora de dormir, el salón a la hora de comer o el despacho mientras teletrabajamos. Sin embargo, hay soluciones mucho más ecológicas y económicas para controlar el calor de la habitación: un ventilador.
La clave, como explica el arquitecto Leonardo Rogel (@leonardo_rogel._) es llegar a entender que no se trata de enfriar el aire, sino de renovarlo y refrescarlo de manera inteligente, utilizando herramientas que ya tenemos en casa. ¿Cómo lograrlo? Siguiendo estos trucos infalibles, fáciles y muy creativos.
El ventilador, nuestro gran aliado
Lo que está claro es que el ventilador no se encarga de enfriar el aire de la habitación, sino de moverlo para crear esa sensación de 'brisa', que más que darnos fresquito, a veces nos molesta. Por eso, la idea es buscar soluciones para bajar la temperatura de la habitación y que el aire que mueva nuestro ventilador sea más frío. ¿Cómo?
Un gesto tan simple como rociar con agua fría (o con agua y unas gotas de menta o eucalipto) las cortinas, las paredes o incluso el suelo, puede marcar la diferencia en nuestro dormitorio. Al mover el aire, el ventilador acelera la evaporación y la sensación térmica desciende. Por eso, utiliza un pulverizador para no saturar de humedad y conseguir esa sensación de frescor en el dormitorio cuando el ventilador mueva el aire.
Coloca una toalla húmeda detrás del ventilador
Otra solución es mojar una toalla de algodón con agua fría e intentar colocarla justo detrás del ventilador. De esta forma, el ventilador cogerá la humedad fresquita de la toalla y el aire saldrá más frío. Eso sí, evita a toda costa que la toalla toque las aspas para evitar daños mayores.
Aprovechar el aire frío de las noches
Y si lo que quieres es aprovechar la brisa de las noches, lo ideal es abrir la ventana y colocar el ventilador al lado de ella. De este modo, el ventilador recoge el aire fresquito de la calle y lo esparce por toda la habitación como si de un aire acondicionado se tratara. Esto ayuda a ventilar, renovar el aire y bajar la temperatura interior sin gastar ni un solo euro.
Además de ser una solución económica y ecológica, estos trucos también pueden integrarse de forma estética en el hogar. Hoy existen ventiladores con diseños retro, minimalistas o industriales que pueden convertirse en piezas decorativas.
Fotografías | Vía @leonardo_rogel_
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