Un experto en decoración desvela los tres errores de iluminación que hacen que tu casa se vea peor: "estaba arruinando mi propia casa"

La iluminación adecuada no solo transforma una habitación, también influye directamente en el bienestar. Una casa bien iluminada mejora la percepción del espacio, resalta los colores reales de los objetos y crea atmósferas cálidas o frescas según la necesidad.

No es lo mismo una luz blanca y fría en la cocina que una luz tenue y cálida en el salón; cada estancia requiere su propia estrategia luminosa para resultar cómoda y funcional.

Jugar con diferentes opciones

Más allá del diseño, la luz condiciona el estado de ánimo. Un dormitorio mal iluminado puede parecer opresivo, mientras que una lámpara bien colocada puede convertir un rincón olvidado en el nuevo lugar favorito de la casa.

Jugar con diferentes fuentes de luz —techo, apliques, lámparas auxiliares— permite modular ambientes según el momento del día. Y en espacios pequeños, una buena planificación lumínica puede marcar la diferencia entre sentirse encerrado o sentirse en casa.

Muchas personas asumen que una lámpara de techo basta para iluminar una casa. Nada más equivocado, según el popular tiktoker @turndesign: ese enfoque genera espacios fríos o monocromáticos y elimina cualquier atmósfera cálida.

Primer error

El primer error es utilizar luz blanca fría tipo quirófano, con temperaturas superiores a 4500 K. El experto recomienda luz cálida, entre 2700 y 3000 K, ideal para salones y dormitorios ya que aporta confort visual y sensación acogedora.

Segundo error

El segundo fallo común es confiar exclusivamente en una fuente de luz central. Para un ambiente equilibrado, lo recomendable es incluir lámparas de pie, de sobremesa y apliques en conjunto para crear capas lumínicas con distintas intensidades.

Tercer error

El tercer problema es la colocación excesivamente alta de la fuente de luz. La solución inteligente consiste en dotar de puntos indirectos en mesas, esquinas o cuadros: iluminación distribuida que no deslumbre y que favorezca zonas específicas.

Con este enfoque, cada estancia se compone de capas lumínicas: luz general suave, luz focal de lectura o trabajo, y luz ambiental para destacar objetos. Esto contribuye a profundidad visual y confort en el día a día.

El resultado es una estancia más rica en textura, sin sombras abruptas ni contrastes excesivos. Separar la luz funcional de la decorativa aporta versatilidad y sensación de cualidad premium en hogar.

Más allá de lo que comenta este experto, incorporar reguladores (dimmers) permite ajustar la intensidad según actividades: cena, lectura o descanso. Esto reduce fatiga visual y eleva la experiencia perceptiva del diseño interior.

Los consejos de @turndesign no son meras sugerencias estéticas: apuntan a mejorar bienestar, funcionalidad y experiencia vital en cada rincón de la vivienda. Planificar la luz correctamente transforma un espacio común en uno extraordinario.

Foto | Freeepik, Vecislavas Popa, Alan Antony, Chait Goli y Curtis Adams

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