Estas variedades acuáticas solo necesitan un recipiente adecuado, luz y una mínima atención semanal
Siempre he envidiado a mi abuela y su buena mano con las plantas. Me acuerdo de llegar a su casa del pueblo y mirar durante horas cómo había crecido el rosal de la puerta o las petunias que decoraban toda la escalera del jardín. Era una obsesa de las flores y yo también, pero con la gran diferencia de que a mí no me dura más de un mes una hortensia viva.
Por suerte, la naturaleza, aliada eterna de la calma y el equilibrio, ha encontrado una nueva forma de integrarse a los espacios interiores: las plantas acuáticas. Silenciosas, elegantes y sorprendentemente fáciles de mantener, estas especies acuáticas no solo aportan frescura y vida a cualquier rincón, sino que también ofrecen un pequeño espectáculo natural que hipnotiza.
Además, no requieren tierra, apenas ocupan espacio, y algunas ni siquiera necesitan luz directa. ¿El resultado? Una decoración viva que combina diseño, bienestar y practicidad. A continuación, te dejamos en concreto tres plantas acuáticas ideales para principiantes o amantes de la decoración natural (como yo) que buscan belleza sin muchas complicaciones.
Lirio de agua enano (Nymphaea pygmaea)
Pequeño en tamaño, pero inmenso en impacto visual. El lirio de agua enano es una versión doméstica del clásico lirio que adorna estanques. Puede vivir perfectamente en un recipiente de vidrio sobre una mesa de centro o en un cuenco decorativo junto a una ventana. Sus hojas flotantes y sus delicadas flores aportan un aire sereno y sofisticado.
Para su mantenimiento, solo necesita agua limpia (puede ser filtrada o de lluvia) y un poco de luz solar indirecta. Si se coloca en un recipiente de vidrio sin sustrato, basta con cambiar el agua cada dos semanas y tendrás una preciosa planta que te acompañará durante años.
Jacinto de agua (Eichhornia crassipes)
Conocida por sus raíces colgantes y flores lavanda, esta planta flotante no solo es decorativa, sino también purificadora. Es perfecta para jarrones grandes, peceras sin peces o centros de mesa con agua. El jacinto de agua se convierte en una escultura viva, ideal para ambientes modernos o rústicos.
Además, flota libremente en el agua, ofreciendo un espectáculo visual increíble, y solo requiere buena iluminación natural. No es necesario plantarlo, y se reproduce con facilidad. Cambiar el agua cada 10 a 15 días es suficiente para mantenerlo saludable.
Poto en agua (Epipremnum aureum)
Aunque el poto es conocido como planta de tierra, sorprende su increíble capacidad de adaptarse al agua. Basta con colocar un esqueje en un jarrón con agua y pronto verás crecer raíces blancas y largas, como si siempre hubiese vivido sumergido. Sus hojas verdes, en forma de corazón, añaden vida a estanterías, escritorios o incluso baños.
Para su mantenimiento, cambia el agua una vez a la semana y mantén el recipiente en un lugar bien iluminado (sin sol directo). Puedes añadir una gota de fertilizante líquido al mes si deseas estimular aún más su crecimiento.
Las plantas de agua no solo decoran, sino que también relajan, purifican el aire y conectan con la esencia de lo natural en su forma más pura. Ya sea en una botella de vidrio reciclado, una pecera sin peces o una bandeja minimalista, las plantas acuáticas invitan a crear pequeños ecosistemas dentro del hogar. Son el recordatorio silencioso de que, a veces, lo más bello es también lo más sencillo.
Fotografías | Unsplash
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