Este frutal es ideal para tu jardín: resiste los climas fríos y es genial para cualquier zona en la que se plante

Un árbol resistente, fácil de mantener y perfecto para dar sombra en verano sin dañar el suelo del jardín

Elegir un árbol para plantar en el jardín parece una decisión sencilla hasta que entran en juego las raíces invasivas, las sombras insuficientes o la resistencia al clima. Por eso muchos expertos coinciden en un candidato que combina practicidad y belleza: el granado ornamental. 

Este es un árbol frutal que, pese a su aspecto robusto, tiene un sistema radicular poco agresivo y se adapta sin protestar a jardines pequeños o espacios cercanos a viviendas.

No compromete el suelo

Este árbol, de porte medio, puede alcanzar unos cinco metros de altura y suele crecer con una copa redondeada y frondosa que ofrece una sombra agradecida en verano. Su mayor ventaja es precisamente esa: protege sin comprometer el suelo que lo rodea. 

Esto es así porque su raíz es contenida y no genera levantamientos en pavimentos ni daños estructurales en muros próximos, de manera que se convierte en la opción de muchos para instalar en su jardín.

Preciada fruta otoñal

Además, el granado tiene otro punto a favor: produce una de las frutas más apreciadas del otoño. La granada no solo es sabrosa, sino que presume de beneficios nutricionales reconocidos por su aporte de antioxidantes. 

A eso se suma su versatilidad estética: el árbol puede mantenerse podado como arbusto, dejarse crecer como ejemplar único o incluso guiarse como trepadora para cubrir muros o celosías.

En cuanto a su resistencia, es un valor seguro. Tolera tanto el calor más intenso como los fríos moderados, algo que lo convierte en una opción sólida para climas diversos. Mientras tenga muchas horas de luz y reciba sol directo, prosperará sin demasiadas exigencias.

El mantenimiento tampoco da dolores de cabeza. Durante su primer año en tierra, conviene regarlo semanalmente; después, bastará con reforzar el riego en época de floración. Aunque soporta periodos de sequía, estos pueden afectar al tamaño y dulzor de la fruta. También agradece un abonado suave en primavera y una dosis de sulfato amónico en invierno para fortalecer la brotación.

La poda, por su parte, es clave para mantener su forma. Se recomienda hacerla una vez haya terminado la floración o después de recoger los frutos, lo que ayuda a airear la copa y controlar su crecimiento.

Eso sí, no todo es idílico. Quienes lo han cultivado destacan dos aspectos a tener en cuenta antes de decidirse: las ramas pueden presentar espinas afiladas y su copa, cuando crece muy baja, puede extenderse varios metros de diámetro a poca altura. Son detalles que conviene valorar si el espacio disponible es reducido o está pensado para juegos infantiles.

Con todo, el granado sigue siendo una de las opciones más equilibradas para quien busca sombra, frutos y un árbol que no comprometa el terreno. Un candidato discreto pero eficaz para jardines domésticos donde se prioriza la tranquilidad y la facilidad de cuidado.

Fotos | Pexels

En Decoesfera | Esto es lo que tienes que plantar para que crezca un olivo: pocos saben que no es un hueso de aceituna

En Decoesfera | Cómo cuidar las plantas de interior en otoño: cinco consejos para que lleguen perfectas a primavera


Ver todos los comentarios en https://decoracion.trendencias.com

VER 0 Comentario