Las dipladenias toleran las altas temperaturas y florecen entre mayo y septiembre, pero con estos consejos pueden sobrevivir al invierno
En una cascada de flores vivaces en el jardín, la dipladenia o también conocida como mandevilla, es una preciosa planta perenne que despega su floración en verano pero que, si sabemos como cuidarla, podemos conservar durante todo el año.
Aunque es una planta preciosa, la dipladenia suele llevar a la frustración a aquellos amantes de la jardinería que no la conocen en detalle. Y es que, aunque es una especie de exigencias mínimas, hemos de tener en muy en cuenta tres consejos para que viva sana de año en año.
Para comprender su demanda, hemos de saber sus orígenes y entenderemos sus necesidades. A pesar de que también recibe el sobrenombre de jazmín de Chile, es originaria de Brasil. Pero no es lo único de ella que hemos de conocer. Hablamos de una planta de carácter trepador, por lo que es una de esas plantas que vemos en las fachadas de las casas.
Por ello, hay que ser conscientes de que tiene un buen crecimiento, que puede llegar a alcanzar los nueve metros de altura. Y no solo eso: además, sus tallos adquieren carácter leñoso a medida que crecen. Un buen motivo para planificar muy bien su ubicación. Pero ahora que llega el invierno, no olvides estos tres consejos que te damos para conservar tu dipladenia viva, llena de flores y colorida durante todo el año.
Piensa en su cobijo durante el invierno
Dado que es una planta de verano, que pide calor, la dipladenia no tolera temperaturas inferiores a los ocho grados centígrados. Por eso, es recomendable que para que pase un invierno saludable, busquemos un lugar techado con una temperatura media de entre 10 o 15 grados centígrados. Eso si, necesita luminosidad pero no una luz solar directa, por lo que si el lugar elegido para conservarlas es el sótano o el garaje, tendremos que instalar una iluminación adicional.
Lugares como el salón o la cocina podrían ser óptimos pero no recomendables, ya que el calor de la calefacción puede provocar un efecto negativo en el desarrollo de los cogollos y en su capacidad para florecer el año siguiente. Lo ideal: un invernadero protegido de heladas.
Reduce su tamaño
Como ya hemos comentado, la dipladenia es una planta trepadora que puede alcanzar incluso los nueve metros de altura. Si queremos conservarla durante el invierno, es importante podar sus tallos y convertirla en una planta compacta que facilite su manipulación y almacenamiento. Acorta en ancho y alto en un tercio si el lugar de invierno es brillante. Si está relativamente oscuro, deja sólo unos centímetros.
Mantén la dipladenia húmeda y fértil
Después de una poda intensa que se adapte a las medidas del lugar de hibernación, es importante que ayudemos a la dipladenia a superar esta fase con un especial cuidado. No solo hemos de estar pendiente de su temperatura media (entre 10 y 15ºC) , sino también revisar el suelo con regularidad y mantener un buen nivel de humedad (pero no encharcamiento).
Fotografías | Unsplash
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