Con este sistema podrás extender de forma fácil la lavanda por tus zonas de exterior
La lavanda es una planta muy popular gracias a su floración espectacular, a su colorido, y sobre todo, al aroma que desprende. Esta planta silvestre se suele cultivar en jardines en el exterior para marcar bordes y caminos, aunque también se planta en macetas en patios y terrazas. La floración de esta planta se produce desde mediados de primavera hasta finales del verano.
Además, la lavanda es muy fácil de cultivar si sigues unos sencillos consejos. De hecho, puede crecer a pleno sol, incluso en zonas rocosas. Es resistente al frío, y tampoco necesita mucha agua, por lo que es ideal para la actual sequía.
Cómo reproducir la lavanda por esquejes
La lavanda suele reproducirse por semilla. Esta técnica es bastante sencilla, aunque requiere de bastante tiempo para que la planta se pueda desarrollar. Por eso, lo más rápido es multiplicar la lavanda por esquejes.
La mejor época para propagarlas por esquejes es en los momentos del año en los que las temperaturas son templadas, en primavera, o al comenzar el otoño.
En el caso de la propagación de la lavanda mediante esquejes, la mejor época para hacerlo es cuando las temperaturas sean templadas, alrededor de inicios de otoño y primavera.
Para empezar con el proceso para reproducir la lavanda, tendrás que desinfectar las tijeras que vayas a utilizar en el proceso para evitar que los cortes se infecten. Elige y corta unas ramas leñosas, y que tengan ramas secundarias. Una vez cortados, unta los esquejes con la hormona de enraizamiento.
Esta hormona ayudará a los esquejes a desarrollar sus futuras raíces. A continuación, plántalos en un tiesto con un sustrato ligero. En este punto, hay que señalar que la maceta donde plantas tus esquejes deberán tener agujeros de drenaje. Ten en cuenta que a tu planta le gusta cierto grado de humedad, pero si tiene demasiada, puede llegar a pudrirse.
Transcurrido un mes aproximadamente, cuando los esquejes hayan desarrollado sus raíces, podrán ser trasplantados al lugar definitivo donde crecerán. Recuerda que la lavanda necesita mucha luz, debiendo recibir una exposición directa del sol durante al menos 6 u 8 horas.
Respecto al riego, es una planta perfecta para zonas donde llueve poco. Necesitará riegos puntuales, aunque soporta perfectamente periodos de sequía cuando la planta está ya establecida.
Fotografías | Daiga Ellaby en Unsplash, Carlos Pérez Adsuar Anton para Pexels
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