Cinco porches con encanto

Con eso de pasar el buen tiempo en el norte, donde las lloviznas pueden hacer su aparición cada mañana y a mediodía el sol más ardiente pegarte en la cara, para mi es fundamental tener el porche cómodo y bien acondicionado. Aquí hay una selección de porches, perfectos para cualquier tipo de clima, ya sea en el norte, el sur o en el centro y diferentes climas.

El porche de la portada es un porche italiano, muy mediterráneo, donde se ha buscado darle protagonismo a las columnas de piedra donde está construido. Un sofá moderno, de madera, de lineas rectas con tapicería en color neutro, ya que son los almohadones en tonos amarillos y ocres quienes dan color y vida al espacio.

En este porche se ha buscado la decadencia de la Italia más perezosa con el diseño de la Italia más actual. Las mesas de cerámica blancas con forma de tonel y la alfombra de fibra sobre el suelo empedrado, el tonel, de madera negra o los faroles de hierro forjado con cirios blancos y la lámpara farol de cobre que cuelga del techo, están perfectamente concebidos, aunque se haya querido dar la sensación de batiburrillo.

El segundo porche es muy navy. No puede ser más marinero y pertenece a una casa en Los Hamptons. El mobiliario de mimbre oscuro, en un tono muy parecido a las puertas de acceso a la vivienda y la mesa. Los colores elegidos son el blanco y el azul y las rayas en diferentes grosores y tonos, muy colchoneros.

Es un porche totalmente atemporal, podría haber sido decorado ayer, en los ochenta, en los sesenta o en los años veinte, aunque los almohadones tipo tondo del sofá lleven fecha de los setenta. Un porche válido para cualquier casa de la costa del mundo.

Este tercer porche, en realidad no es un porche "al uso". No está adosado a la casa, sino que pertenece al pabellón de la piscina. Pero está muy bien preparado para cualquier inclemencia, con la chimenea para el frío, las cortinas para evitar el exceso de sol.

Se ha buscado la sencillez y la funcionalidad en el mobiliario (sofás de madera con grandes almohadones y una mesa, que apenas es un tablero con dos vigas a modo de patas) en una recreación de fundirse con la rusticidad del paisaje. Es obra del estudio de arquitectura californiano Dotter & Solfjeld.

El cuarto porche pertenece a una casa en Nueva Zelanda y es simplemente perfecto para disfrutar de los atardeceres del desierto, al abrigo de las inclemencias. Totalmente moderno, es quizá demasiado impersonal. Podría pertenecer a cualquiera, todo se ve nuevo y nada destaca del conjunto, ni los colores, ni el estilo.

La única nota discordante la pone el color coral del sillón de hierro forjado de la esquina, pero resulta un poco triste sin plantas, ni flores. Es posible que se haya buscado una continuidad del paisaje desértico donde está ubicado.

Nuestro quinto y último porche podría estar ubicado en cualquier sitio. Un ambiente sencillo donde el protagonismo lo tiene el jardín, inundado de mil colores. Un porche con el ladrillo cuidadosamente encalado, de columnas madera blanca con el mobiliario también de madera blanca, de estilo clásico y con bonitos almohadones en tonos azules.

Es un porche pensado para vivirlo y sentarse a disfrutar del jardín. Dan ganas de coger un buen libro y disfrutar de cualquiera de estos porches con encanto. ¿Os gustan los porches?

Imágenes | Pottery barn, Houzz, Dotter&Solfjeld En Decoesfera | Mis rincones favoritos: un porche en Indigo

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