Jugar es un derecho. Y uno fundamental. El juego no solo es diversión, es creatividad, es psicomotricidad, es imaginación. Con esta importante premisa en mente, IKEA, por sexto año consecutivo, ha vuelto a diseñar SAGOSKATT, una de sus colecciones más especiales. Y es que detrás de estos seis divertidos peluches hay mucha historia y muchas, muchas manitas diminutas.
Como en años anteriores, todo comenzó con el ya tradicional concurso de dibujos de peluches. De entre todos sus participantes, nada menos que 87.000 niños de más de 50 países, salieron estos seis divertidos seres que acaban de mudarse a un castillo fabricado, como no podía ser de otro modo, con cajas de IKEA —si tienes un peque, ya sabrás lo mucho que les entusiasman las cajas, en ocasiones casi más que su contenido—.
Pero detrás de estos seis peluches (5€ cada uno de ellos) hay algo más. No solo son suaves, blanditos y de colores vivos, como corresponde a todo buen peluche. IKEA se ha comprometido a que las ventas íntegras de la colección SAGOSKATT sean destinadas por completo a CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), Accem y Save the Children, organizaciones enfocadas a ayudar a la infancia más vulnerable de nuestro país.
Se trata, como ellos mismos dicen, de niños que ayudan a otros niños.
Pero, ¿quién es quién?
La imaginación que ha inspirado los lápices y pinturas de los niños creadores de estos seis peluches es fascinante. Y, por supuesto, cada uno de ellos tiene una historia detrás que le da vida, personalidad y razón de ser.
Gurki, el pepino
Kilian, un pequeño alemán de 9 años, tuvo una brillante idea. Las verduras son fundamentales en cualquier dieta, tengas la edad que tengas, pero, para los más pequeños de la casa, la labor de comerlas no siempre es demasiado agradable. Así que Kilian decidió animar a niños de todo el mundo a comer más pepino creando a Gurki.
Gurki, por supuesto, es un pepino con una misión. En palabras de su creador, de hecho, es mucho más que un pepino: es un auténtico superhéroe. Y es que ayudar a que todos tengamos una dieta más saludable es un verdadero superpoder, y una gran responsabilidad.
Se trata de toda una historia con la que podemos dar vida a Gurki de cara a nuestros peques. Además, sus colores verdes brillantes son ideales para combinar con tonos crudos a los que dar algo de chispa, grises u ocres. Y ni que decir tiene que no hace falta que tengas menos de diez años para que quede ideal en el sofá de tu casa.
Rainbow Kid, un arco iris (con calcetines)
Darren Wing Hei, de 5 años y residente en Hong Kong, tiene una preocupación. El arco iris es precioso, sí. Y nos encanta, sobre todo a él, verlo cada vez que el sol atraviesa las gotas de lluvia. Pero… ¿no pasará frío, estando como está descalzo? La solución —y Darren la vio clara— es abrigarle los pies. Y así nació Rainbow Kid, un arco iris con calcetines.
Este divertido peluche de tonos brillantes, en los que el rosa y el fucsia son protagonistas, puede poner el punto de color perfecto en cualquier estantería que esté algo apagada. Y, en caso de que quieras colocarlo en la habitación del peque, su forma lo convierte en una almohada extra ideal para esos ratos de lectura en la cama o en el sofá.
Rully, el robot
Cuando pensamos en un robot, automáticamente se nos viene a la mente algo frío, gris, distante. Nada más lejos de lo que Riana, una chipriota de 11 años, tenía en mente cuando cogió su estuche de pinturas. Rully, el robot, ha nacido con vocación de entretener. Le gusta cantar, bailar, leer, dibujar, ayudarte con las tareas… No puede tener mejor predisposición, en definitiva.
Pero es que, además, Riana ha pensado en todo. Y lejos de intentar posicionarlo como un juguete masculino o femenino, le ha dado colores neutros y un bonito rojo brillante para que resulte llamativo y bonito a todo el mundo.
Los rasgos de Rully, más cercanos a los de una persona que otros diseños, le hacen fácilmente humanizable y un fantástico protagonista de historias para los más pequeños. Pero el toque "tecnológico" de ser un robot lo convierte en un accesorio ideal para cualquier habitación de trabajo donde haya un ordenador y queramos dar un aire más divertido y menos serio.
Little Monster, un pequeño monstruo
Cuando pensamos en qué suele darles miedo a los peques a la hora de dormir, automáticamente respondemos que los monstruos que creen que se esconden por su habitación. Thomas, un pequeño griego de 9 años y autor de este diseño, también sabe que es un punto delicado con su edad. Así que de esa preocupación nace Little Monster, un monstruo nada amenazador, todo lo contrario.
Se trata de un bicho sonriente, con unos grandes brazos y fácil de abrazar porque, precisamente, esa es su misión: ayudar a los niños a que pierdan el miedo a los monstruos dándoles uno amoroso, simpático y con una sonrisa de oreja a oreja —casi literalmente— que les dé confianza y tranquilidad cuando cierren los ojos.
«Espero que, con este peluche, los niños de todo el mundo tengan un amigo para que les haga compañía mientras duermen y así no tengan pesadillas», dice Thomas y, desde luego, no es mala idea. Su bonito color azul cielo lo hace fácilmente combinable en casi cualquier entorno, pero si quieres ser fiel a su personalidad, intégralo en un lugar en el que no salte a primera vista: es un pequeño guardián sonriente y puede desempeñar su labor —con pequeños pero también con los que no lo son tanto— en cualquier sitio.
Jesse, el ratón
De la caja de lápices de Noor, una pequeña jordana de 7 años, ha salido Jesse. Y es que a Noor le encantan los ratones y quiere que todos los niños del mundo compartan su amor por estos diminutos roedores… y por los globos, claro.
Jesse es un auténtico fan de los niños. Le encanta jugar con ellos y, según Noor, está deseando llegar al hogar de cada uno de ellos para formar una familia con el resto de juguetes y vivir felices entre todos.
Pero Jesse el ratón no solo será el compañero de juegos ideal en cualquier peque. Tiene algo que le hace encajar en muchos espacios, gracias a sus tonalidades crudas. Imagínalo en una estantería, entre los libros, o asomando entre los cojines del sofá como un invitado inesperado.
Rainbow Giraffe, la jirafa
En la mente de Claudia, una pequeña canaria de 6 años, hay algo que es fundamental: todos tenemos que intentar comer bien y de la manera más saludable posible. Y teniendo eso —y algún que otro ingrediente más— en cuenta, Claudia creó a Rainbow Giraffe, una jirafa que, como muchos de sus otros compañeros, tiene una misión: ayudar a que todos comamos mejor. Y ella está lista para enseñar con el ejemplo, ya que es una auténtica enamorada de la comida sana.
La alimentación es una parte clave de nuestras vidas y esta jirafa está decidida a llegar a ellas para ayudarnos a mejorar un poquito. Pero Claudia también quiere que seamos responsables con Rainbow, a la que describe como un poco traviesa y cariñosa, y que todos los niños —y mayores— que la adopten la traten con respeto y amor. Como a todos los animales.
Esta jirafa, de color amarillo brillante, es preciosa y quedará dulce y divertida en cualquier espacio infantil —y ese cuello largo es perfecto para abrazarlo a la hora de dormir—. Pero en cualquier habitación con una decoración de inspiración africana puede ser un verdadero golpe de efecto para tomarnos todo un poco menos en serio.
Estos seis diseños componen la colección SAGOSKATT 2019 de IKEA y, fieles al espíritu de sus creadores —pequeñas mentes infantiles con un sentido enorme de la solidaridad—, están destinados no solo a crear un nuevo hogar en cada una de las casas en las que aterricen, sino también a ayudar, a través de las ventas que se realicen, a CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), Accem y Save the Children.
Y tú, ¿ya tienes tu favorito?