Si alguien os pregunta cuándo soléis limpiar los cristales de vuestra casa, la respuesta más habitual seguro que es: “cuando están sucios”. Tal vez los más organizados respondáis con la frecuencia exacta: “cada 15 días, todos los domingos a la mañana, una vez al mes...” y alguno es probable que conteste que “de Pascuas a Ramos”.
No existe una frecuencia exacta ni una rutina ideal para limpiar los cristales, que encaje en todos los hogares, ya que ni manchamos igual ni estamos expuestos a la misma climatología, ni nuestras ventanas son las mismas. Pero sí podemos tener algunos aspectos en cuenta, para tratar de definir cuáles son los mejores momentos o épocas del año para realizar esta tarea.
La primavera, la limpieza altera
Bendita primavera que nos traes el color, los primeros rayos de sol, la floración...y claro, la polinización. Los que padecéis de alergia al polen ya sabréis por experiencia que mayo y junio son los meses críticos en este aspecto en nuestro país. Y precisamente los que lidiáis año tras año con esta “fiebre del heno” sois los que tenéis que prestar especial atención en la limpieza de primavera.
Mucha gente reserva esta época del año para una limpieza general de toda la casa. Guardamos la ropa de invierno, los edredones, nórdicos, mantas e incluso hay gente que retira las alfombras. Un repaso a todo el hogar que no debe olvidarse de los cristales, sobre todo si el invierno ha sido duro y no habéis prestado mucho atención a esta tarea.
Una limpieza exhaustiva de nuestras ventanas eliminará todos los restos de lluvia y polvo, pero también es importante el mantenimiento, precisamente para evitar esta acumulación de polen. Con la limpiadora de cristales WV 50 de Kärcher, esta labor no te supondrá ningún esfuerzo, tan solo pulverizar, limpiar y aspirar. Aprovecha ya este momento para pegar un repaso a los cristales de las puertas, espejos, mamparas y todas las superficies lisas que lo necesiten.
En verano, nuestro mayor enemigo es el polvo y la polución ligados a la estación seca: ausencia de lluvia, mayor acumulación. Pero tampoco nos vamos a pasar todas las vacaciones pendientes de la limpieza, así que encárgate de un mantenimiento que no requiera excesivo tiempo, pero que permita que los rayos de sol entren en tu hogar y lo llenen de luz.
Un consejo para limpiar los cristales en verano: hazlo a primera o a última hora del día, nunca en las horas más calurosas, no solo porque el exceso de luz te impide ver bien las manchas, también por tu propia seguridad, no queremos golpes de calor cerca de las ventanas.
El otoño depende un poco de las condiciones climatológicas, pero en principio un mantenimiento de un par de veces al mes debería ser suficiente, a no ser que tengas niños con huellas dactilares muy prolíficas o una calle llena de obras, como es mi caso. En fin, paciencia.
En invierno, viendo llover tras las ventanas
No me lo puedes negar: las tardes de lluvia de invierno vistas a través de una ventana y bajo el calor de tu hogar es una escena que muchos evocamos con cierta nostalgia, porque en el fondo nos produce una sensación de paz, de recogimiento. Ahora sí, cuando la lluvia cesa y ves que además de en tu corazón ha dejado huella en tu ventana, ya no te parece una escena tan entrañable, ¿me equivoco?
No te preocupes, que para eso diseñó Kärcher el WV 50, para aspirar esas gotitas y que puedas volver a mirar sobre cristales transparentes todas las escenas que te apetezca pero con nitidez, no con marcas de puntitos.
Y aunque sé que da mucha rabia, puede que justo después de limpiar los cristales vuelva a llover, pero así es el invierno. Trataremos de realizar esta tarea adivinando los días menos lluviosos, para que nos duren más limpios, pero es importante no abandonarlos a su suerte porque las gotas de lluvia mezcladas con el polvo pueden dañar los cristales y luego nos va a costar más devolverlos a su estado original.
En definitiva, aunque tengamos que pelear con la climatología, la polinización, la polución o el polvo de unas obras, siempre hay algo interesante que observar detrás de unos cristales limpios.