El color fuera de moda invadía un espacio que pedía a gritos un gran cambio
La reforma de esta vivienda es un ejemplo perfecto de cómo una intervención bien planificada puede transformar por completo la experiencia cotidiana en un hogar. Lo que antes eran estancias separadas, colores saturados y una distribución fragmentada, hoy se ha convertido en un único espacio abierto, luminoso y coherente, donde cocina, salón y terraza se conectan de manera natural y equilibrada.
El cambio comienza con una decisión clave: integrar la terraza y eliminar los muros que compartimentaban la vivienda. Este gesto arquitectónico no solo amplía visualmente el espacio, sino que permite una fluidez que antes parecía imposible. La nueva paleta cromática —dominada por blancos cálidos, madera clara y materiales naturales— aporta serenidad, continuidad visual y una estética mucho más actual.
Una cocina con isla: el corazón de la reforma
Uno de los grandes protagonistas del proyecto es la nueva cocina, completamente reinterpretada. La incorporación de una isla central con porcelánico efecto cascada redefine la función del espacio: ahora es un punto de encuentro, de trabajo y de convivencia. A su alrededor se articulan torres de electrodomésticos de última generación, una placa de inducción integrada y una iluminación cuidadosamente estudiada que realza cada detalle.
Las lámparas suspendidas sobre la isla no solo cumplen una función práctica, sino que añaden un toque de sofisticación gracias a su diseño dorado y sus formas esféricas. El conjunto combina modernidad, calidez y un estilo contemporáneo que encaja a la perfección en la nueva distribución.
Puertas de hierro y cristal
Otro acierto del proyecto es la instalación de una puerta de hierro y cristal, que permite definir la zona de comedor sin renunciar a la luminosidad natural. Este elemento, tan característico en interiores modernos, se integra con armonía en el conjunto y aporta carácter sin sobrecargar. Además, es ideal para reformas que buscan unificar el espacio pero delimitar que los olores de la cocina se expandan por toda la casa.
El comedor, equipado con mobiliario de líneas depuradas y tonos neutros, conecta visualmente con un salón acogedor donde destacan la nueva chimenea de leña con mando y un radiador vertical que cumple una doble función: calienta y decora.
El resultado final es un hogar completamente renovado, donde prima la sensación de amplitud, la armonía entre materiales y colores, y la coherencia estética. La eliminación de barreras y la incorporación de luz natural han sido claves para potenciar cada rincón, convirtiendo la vivienda en un espacio más funcional, más agradable y mucho más contemporáneo.
Fotografías | Vía @transformadecoracionyreformas
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